-
ODIO A MI HERMANA
Fecha: 24/01/2019, Categorías: Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... suspiro y acto seguido se humedece los labios con la lengua.Leo empieza a asumir que, por muy quieto que esté, esta vez no conseguirá que su hermana regrese al mundo de los sueños. Siente que su integridad física pende de un hilo, pero, embrujado por esa cautivadora proximidad, empieza a tomar partido.Sube su mano y sostiene una de las tetas de Ainhoa. Articula sus dedos para evaluar, nuevamente, su turgente consistencia. En este nuevo contexto colgante, ese venerado apéndice mamario le resulta todavía más sugerente.Leo no alcanza a comprender lo que está pasando:“Puede que no sepa que soy yo;tengo la luz de la farola brillando a mi espalda,así que…Nunca sería tan permisiva conmigo;jamás de los jamases;Por muy borracha que vaya”Su nabo, retorcido por esos intransigentes calzoncillos, vuelve a estar al rojo vivo. Condicionado por una postura que no quiere abandonar, se ve obligado a desabrochar su pantalón pirata para restablecer la dirección de su inquieto miembro. Su hermana, sin mucha capacidad de raciocinio, interpreta dicho gesto como una invitación y se dispone a tomar parte en el asunto.El chico no lo puede creer. Aun así, parta sus manos de ese entresijo para ceder la iniciativa a los dedos de Ainhoa.“No puede ser. ¿Qué está pasando?¿A caso no se da cuenta de que soy yo?¿A caso quiere sorprenderme, con la guardia baja,para arrancarme los huevos de cuajo?NoOoh !NoOoh! !Por Dios!”Sometido por el devenir de los acontecimientos, el niño adapta su postura y se reclina ...
... mientras contempla cómo Ainhoa le agarra el trabuco. No puede dejar de mirar esas preciosas tetas que, parcialmente iluminadas, se contonean al ritmo de las maniobras manuales de su embriagada hermana.Intenta bajarse los pantalones sin entorpecer los confusos tocamientos que está recibiendo. Tras sentir su zona fálica bien despejada, Leo recupera su quietud.A lo lejos no paran de oírse voces sobre un estruendo rítmico sofocado por el aislamiento acústico del local. Jóvenes dirigiéndose para aquí y para allá.“!No! Por favor.Que no sean ellos.Que no sean esos que vienen para acá.No, esos no son.Allá vienen más.No, por favor.Unos minutos más”Su vigilancia se desvanece en cuando nota cómo su hermana empieza a comerle la polla. No se trata de una acción delicada. Ainhoa engulle ese pedazo de carne lujurioso como si de una famélica subsahariana se tratara.Leo aprieta los puños. Nota cómo sus fluidos se confabulan para abandonar su cuerpo. No será una huida discreta. Durante demasiados minutos, un sinfín de calenturientos estímulos han activado sus glándulas seminales. Ahora atesoran una caudalosa corrida que no tardará en ser propulsada, por incontrolables espasmos fálicos, dentro de la boca de su hermana.Estallan fuegos artificiales en el sistema nervioso de Leo mientras Ainhoa traga con todo. Su desahogo es tan catártico que pierde por completo la noción de la realidad.En circunstancias normales, cabría pensar que la chica quiere proteger la valiosa tapicería de ese lujoso coche, ...