el refugio de perros
Fecha: 27/01/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... por la mañana las regresaría a sus madrigueras. Así es que en voz alta como si fueran a entenderme le dije pasen ya…pero mañana a sus lugares, a ver si encuentro algo para que coman. Me dirigí hacia la cocina y oí a las tres seguirme, había dejado una vela allí, busque un poco de alimentos y los puse en una escudilla, las tres se pusieron a comer , muy tranquilas y en armonía, note que estaban muy mojadas, así es que busque una remera vieja y acercándome empecé a frotarlas por el lomo, apenas se distrajeron, seque sus patas también fue así que confirme desde cerca que las tres eran ya unas cholas, muy saludables pero cholas al fin, sus tetas eran enormes y flácidas y sus vulvas abultadas, una de ella bostezo y vi que casi no tenía dientes, a diferencia de sus hermanas la vulva de esta era mucho más voluminosa y gorda. En fin termine yéndome a dormir oliendo a perro mojado, las perras quedaron en la cocina. Como a la hora más o menos, me desperté sin sobresaltos para ver como la silueta de una de las perras se recortaba en la puerta, estaba allí parada nada más, como si hubiese adivinado que ya estaba espabilado avanzo hacia mi cama, extrañamente tranquilo me senté en la cama y la perra mestiza acomodo su cabeza sobre mi regazo, como si fuera un acto amistoso, podía sentir su pelaje largo húmedo todavía, y su aliento tibio sobre la abertura de mi calzoncillo, note como tragaba saliva y movió su cabeza levemente restregándola sobre mi regazo, sus movimientos y su Aliento ...
... pareció despertar en cierta forma un primitivo morbo en mi ser, mis mejillas se encendieron y sentí mi glande elongarse dentro de mi calzoncillo. Este se deslizo apenas afuera, y entonces la chola con otro imperceptible movimiento solo saco su lengua y la paso sobre la cabeza de mi pene, mojando también mi calzoncillo, a pesar del temor a que me mordiese o se pusiera agresiva de pronto, lo bizarro sumo más ,,,saque mi verga que ya estaba bien parada por un costado de la pierna del pantaloncillo y blandiéndolo con una mano literalmente la fregué sobre su hocico. Ella empezó a lamer deliciosamente a lo largo del tronco y cada tanto lamia el sudor de mis testículos, mientras gemía algo nerviosa y movía su cola, de pronto dejo de lamerme y en un acto de sumisión giro ofreciéndome su grupa, sus ancas quedaron a la altura de mi vega que apuntaba a su abultada vulva, ya que había levantado su cola como ofreciéndomela, que de hecho así parecía ser. Me prendí de la piel de sus ancas y del nacimiento de su gruesa cola y la atraje hacia mí, hurgue en su raja con mi verga y empujando mis caderas empecé a penetrarla, mi pija se deslizó fácilmente, la perra gimió como lo hacen cuando copulan, y entonces sentí mis bolas chocando contra los bordes carnosos de su concha, ahora me prendí de sus ijares apretando sus ubres traseras y empecé a cogerla casi con violencia, podía sentir el chop, chop, chop de su enorme cajeta ensopada de sus fluidos haciendo ruidos casi escandalosamente, de pronto la ...