El misterio del cliente y su asistente personal...
Fecha: 31/01/2019,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tragar a can fuerza. De repente, por primera vez en muchas repeticiones exactas el guión tomó un camino distinto. Sentí su mano sobre mi pelo y comenzó a controlar la mamada. Con fuerza, trate de poner mi ritmo pero no fue posible.
No tenía el control y extrañamente me gustó. Sentí como mi chocho se volvía a mojar nuevamente. No me quise aguantar y lleve mi dedos a mi sexo e imite el mismo ritmo que tenían sobre mi cabeza con dos dedos en mi hoyo. Estaba caliente, mojadisima, sentía que me iba a correr en cualquier momento. Pero él no me dejó, tomó mis brazos con un mano y los estiró hacia él.
Con la otra mano siguió usando mi cabeza y mi boca como si fuera una vagina, me follaba la cara con fuerza y yo lo único que lamentaba era no poder tocarme. Me acomode con mis piernas y puse mi sexo sobre sus rodilla, comencé a frotarme y sentí que algo calmo mis ganas. Estaba loca, por correrme, necesitaba correrme con fuerza pero todo se vio interrumpido cuando siento en mi boca un chorro cálido y cremoso. Trate de retenerlo pero era mucho, me soltó la cabeza y saqué su pene de mi boca.
Me paré en mis rodillas y me mostré frente a él. Estaba transpirada, mi pelo vuelto loco y mis flujos caían de mi sexo. Mi tetas miraban el techo con los pezones duros que clamaban por ser tocados. Abrí mi boca y le mostré toda la leche que había podido atrapar, la deje caer sobre mis tetas y con mis manos la desparrame como si fuera crema. Metí mis dedos en mi sexo, saque los flujos de mi ...
... sexo y los esparcí por tetas y las deje brillante.
Lo miré a él con cara puta, quería que supiera que era su puta. Él estaba sonriendo, me miraba fascinado y con cara de satisfecho. Extendió su mano y me toco una de mis tetas y yo me acerque para que pudiera tocar con mayor facilidad. Giré mi cabeza y vi a Valeria en el sillón. Se veía hermosa.
La mire a ella y vi que su cara estaba fija en mí, en la leche que aún quedaba en mi rostro. Reconozco que no lo pensé bien, que estaba fuera de mi ser normal. Que fue una estupidez. Me pare y sin dar tiempo para nada me acerca al sillón, me acerque a besarla pero me detuve frente a su rostro y con mi lengua acerque un poco de semen a su rostro.
Su cara no era de espanto pero no reaccionó. La gota de semen cayo en su blusa y una mancha se reveló de inmediato. Me vi reflejada en un espejo y no era la mujer de siempre, no era yo. Era una puta de calle, con el pelo revuelto, semén en mis tetas y saliva en todas partes. Era una puta caliente, mi vulva quería ser tocada por todos lados, me sentí la mujer más sexy del mundo. Pero la vi a ella y me di cuenta de mi error.
Soy la peor puta del mundo. No entendí nada. Lo miré a él y me di cuenta de su cara extraña, se recostó en la cama y se dio la vuelta. Valeria estaba en silencio, su cara no era de enojo pero podía sentir que las cosas no estaban bien. Me miró, negó moviendo su cabeza y salió de la pieza. Sentí frío, quería escapar del lugar pero no podía moverme.
Con esfuerzo di ...