Mi cuñada Merixell - Relatos Eróticos

Mi cuñada Merixell

... turno. La tumbe en la cama y fui bajando lentamente por su barriga hasta llegar a su afeitado coño, estaba muy humedo y caldoso, empecé a incrementar comerle el clitoris como si de un moluscos se tratase, ella no paraba de decirme: ho si mi amooor no pareees, cometelo todo joder cometeloooo estubimos cerca de una hora y cuando se hiva a correr me prepare para recibir ese maravilloso néctar que ansiaba desde el día en que la conocí, dicho y echo, empezó a correrse de una forma peculiar, su coño era literalmente un grifo, no paraba de salir y salir jugos vaginales, mi lengua no daba a basto a saborear tanto líquido, me trage todo aquel líquido que manaba de aquella vagina y después subí rápidamente a comerme sus enormes senos, sus pezones estaban duros de tanta excitacion, yo no paraba de succionar sus pechos como si yo fuese un bebé alimentandome, ella gemia y me gritaba: tienes hambre bebe, te gustan los pezones de mami, a mami le gusta que le comas los pechos, cuando acabe con sus pechos, me tumbó en la cama e introdujo en su coño lentamente mi polla durisima, una vez dentro empezó a cabalgarme como loca, yo me agarraba fuerte a sus caderas, ambos gemiamos como locos, un mete y saca sin parar, ella me arañava la espalda con sus uñas como si de una tigresa se tratase, yo estaba en el paraíso, gozando con mi diosa, penetrando a mi diosa, lamiendo cada centímetros de su cuerpo, estubimos horas follando como locos hasta que al final me corrí dentro de ella y quedamos unidos en ...

... un abrazo, con nuestros aparatos sexuales todavía unidos, jadeando y besandonos con pasion, pasaron 5 minutos y ella me preguntó: Te quedan fuerzas para darme por el culo??? casi sin poder respirar le dije: voy a taladrarte ese perfecto culo que tienes. con una sonrisa muy picara se despegó de mi y se puso a cuatro patas, no sin antes abrirle las nalgas y meterle mi lengua por aquel orificio que mas tarde manaria leche a cántaros, lubrique durante vastante tiempo su ano y de inmediato mi polla durisima entró en aquella cueva prieta y caliente, ella dio un grito de dolor, los dos primeros mete sacas le dolieron pero al tercero pedia mas y mas y mas, sus gemidos y gritos de lujuria se mezclaban con los míos y eso me ponia a 1000, se la clavaba con mucha excitacion, su ano parecia engullir mi pene y no dejarlo escapar, no pude aguantar mas todo aquel énfasis sexual y me corrí dentro de su culo, litros y litros de leche calentita entraban en su ano, saque mi polla durisima que para entonces ya estaba muerta, ella se giro y me besó con deseo, ella estaba rendida y yo temblaba de gusto, ella después se levantó y se puso la toalla y las chanclas que llevava puestas, yo me volví a vestir y antes de salir de la habitación me dijo: toma, quedate mi vestido blanco, ya que es tu favorito, no sin antes pasárselo por su vagina e impregnarlo de su aroma, yo le di las gracias y delante de ella lo olí y lo saboree, antes de irme me dijo: cuando te apetezca volver a pasar la tarde conmigo no ...