El torso desnudo - Relatos Eróticos

El torso desnudo

... duda si eres o no eres, si quieres o no hacerlo, cuando vemos un torso desnudo nos entra un escalofrío por el cuerpo, sabes que es verdad! Yo le dije: Si eso llegara a ser verdad, entonces que? Qué va a pasar? El me dijo: Oye! Lo que tuvo que haber pasado desde hace tiempo. Leandro se acercó a mí y me miró a los ojos, me agarro por la cara con suavidad. y me besó. Sentí sus labios intercambiándose con los míos, sus labios tibios y húmedos rozando los míos, movimientos de abrir y cerrar. Sentía su saliva pasar a mi boca, sentí su lengua entrar a mi boca, su lengua palpitando con la mía mientras nos atragantábamos en un largo y desesperado beso de lujuria y pasión que al parecer sentíamos desde mucho antes. Nos tiramos en la cama, el me quitaba mi suéter y yo le quitaba su camisa, el me comenzó a besar por mí pecho, acariciando los pezones, los apretaba, les ponía salíva y hacía círculos con su lengua, nos volteamos y yo lo bese a eso por el pecho, su torso caliente me prendía aún más, le mordí suavecito los pectorales, los pezones. Procedió a quitarme el pantalón mientras yo se lo quitaba a él, se puso enfrente de mi bóxer y mordió mi bóxer junto con mi pene, apenas hizo eso sentí con un corrientazo de excitación por mi cuerpo, pero no me quito el bóxer, yo en cambio bese poco a poco su boxer en el lugar donde estaba su pene hasta que se lo baje y pude apreciar su pene desde otra perspectiva, la mejor de todas, de frente, comencé a acariciarlo con la mano, después me ...

... acerqué y le bese el pene poquito a poquito. El agarro mi bóxer y también me lo quitó. Los dos quedamos desnudos en la cama, viendo nuestro deseo frente a nosotros, aquel cuerpo que habíamos soñado penetrar hoy se podía hacer realidad. El me dijo dale hazlo! Metí su pene en mi boca y lo empecé a chupar, mucha saliva, movimientos de lengua era algo espectacular. El procedió a hacerme lo mismo, pude sentir su lengua chupando y absorbiendo todo los mío, sube y baja delicioso! Los dos nos acostamos, uno al lado del otro, me pregunto qué si enverdad íbamos a hacerlo, que si íbamos a hacer la penetración. Ambos nos quedamos callados por un tiempo,sin hablar nos arropamos con la sabana hasta la cintura, el se puso encima mío y yo subí mis piernas a sus hombros, yo me aplique saliva en mi culo mientras tanto, el se acercó y lo fue metiendo lento, porque si dolía a pesar de que hubiéramos intentado abrirlo. Le dio más rápido y rápido, no se detenía, hasta que me agarramos el gustito y el placer, yo me comencé a mover a favor de el y el lo metía y sacaba mucho más rápido. Sentía como los testiculos me golpeaban el trasero, podía sentir su pene entrando y saliendo, era una experiencia de lo mejor, su pene medio grueso, no tan grande hacia de mi culo su templo, estuvimos así por un largo tiempo, cambiamos los roles y yo lo penetre a el en ese culo tan cálido, lo hicimos en posición de perrito, misionero, creo que una se llama helicóptero, fue algo sorprendente! Los gemidos de pasión y deseo ...