1. La Fiesta Costumbrista


    Fecha: 04/02/2019, Categorías: Gays Autor: hot_3814, Fuente: SexoSinTabues

    Hola, mi nombre es Gerardo, 29 años, tipo tranquilo, sencillo y muy caliente y morboso en lo sexual, de preferencia activo. En lo físico normal, pocos vellos en el cuerpo, 175 de estatura y 70 kilos y con una dotación de 18,5 cms en un pene no tan grueso si bien recto, huevos que cuelgan y siempre muy lechero. Lo que contare me paso el año pasado en el mes de octubre, en zona rural de Talca, séptima región, zona donde mi familia tiene un campito que visito cada vez que mi trabajo en Santiago me lo permite, y estando a casi 3 horas de viaje lo hago a menudo. Se estaba desarrollando una fiesta costumbrista con ramadas, muestras de la vida campesina, de los productos que se cosechan en la zona, exhibición de destreza de los “huasos” comidas típicas, etc. etc. Precisamente voy en busca de local de comidas y al llegar me encuentro que estaba todas las mesas ocupadas y cuando ya pensaba irme en busca de otro lugar me hace una señal alguien que en principio no reconocí, pero era un trabajador del campo familiar. Su nombre Miguel, un tipo de unos 35 años, esbelto, ojos claros cuerpo bien formado por el duro trabajo del campo. Me invita a que lo acompañe en su mesa. Luego de agradecer su invitación hice mi pedido y le agregué otra cerveza a la mesa en la cual había señales de haber consumido varias, lo que además se notaba en estar muy alegre y chispeante, se mostró bastante locuaz y me señaló que yo le resultaba simpático que siempre lo saludaba cuando estaba en sus labores, ...
    ... característica que pocos tienen sobre todo siendo de la capital. Me contó que vivía solo con su hijito Esteban de 13 años dado que la madre del chico se entusiasmó con un viajero y los abandonó sin pensarlo dos veces y menos en su niño que a la fecha de ocurrencia solo tenía 10 años. No puedo negar que esa declaración me produjo curiosidad y hasta cierto morbo de imaginar a ese hombre en plenitud de la edad viviendo con un chicuelo que seguramente estará despertando a la vida. Le pregunte de inmediato como resultaba eso de vivir solos, los quehaceres de casa y demás y me señaló que ya estaba todo bien, que incluso se atrevía a decir que mejor que cuando estaba su mujer. Al escuchar aquello de inmediato le pedí me aclarara el tema que me parecía hasta extraño ello, y me respondió muy alegre que era así por cuanto cuando su mujer estaba no podía invitar a nadie a casa pues las peleas eran seguras, en cambio ahora, al revés que cuando invita a alguien su hijo se encarga de atenderlo como lo hace con él. Me quede cavilando sobre cuál era el significado de “atender” y rápidamente le dije que ojalá yo tuviera la fortuna de ser invitado alguna vez para ser atendido tan bien, a lo que el lanzo una risotada y me dijo que todo era posible en la vida. Toda esta conversación se había amenizado por otras cervezas que mi acompañante bebía con rapidez, en tanto yo solo gaseosa por el hecho de conducir mi vehículo. Luego de algunas cervezas más, y haciéndose tarde-noche me dice que ya es hora de ...
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