1. Un tipo con suerte


    Fecha: 05/02/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Esto que voy a contar es una historia real y me paso a mí personalmente no hace mucho tiempo. Soy un hombre de 45 años, divorciado que vive solo en mi departamento. Acabo de mudarme, y poco conozco de mis vecinos. Me entero que en el departamento de enfrente vive una mujer con su hijo, porque escuche al portero quejándose del hijo, pero nada más. Fue un viernes que nos encontramos en el ascensor, mi vecina era una mujer agradable de unos 40 años, de abundante busto, cintura normal y cola redonda y salida. Me saludó, me presenté, ahí supe que era mi vecina, que vivía en el departamento de enfrente, que era viuda, que tenía un hijo de 14 años y que era médica pediatra en un hospital de otra localidad. Cuando entré a mi departamento, me encontré pensando que me agradaba, era alegre y sensual, aparte tenía un hermoso par de tetas y a mí me encantaban las tetas grandes y paradas. En las semanas siguientes, varias veces nos cruzamos y charlamos, así que un día me animé y la invité a salir. Me contesto que sí y quedamos en salir esa misma noche. La pasé a buscar por su departamento, allí me abrió la puerta su hijo, un chico delgado, para nada atlético, que aparentaba tener no más de 15 o 16 años a pesar de sus 18, vestía unos pantaloncitos muy cortos que mostraban dos piernas flaquitas y blancas. Me hizo pasar y sin darme demasiada importancia me dijo que su madre ya terminaba de preparar. Ella apareció y me impactó, tenía puesto un vestido negro muy pero muy pegado al cuerpo, ...
    ... corto muy por arriba de la rodilla, escotado que mostraba casi todas sus tetas. Cuando la vi sentí que mi pija empezaba a crecer, logré dominar la situación para que ninguno de los tres se diera cuenta. Salimos. Desde el inicio existieron roces, hablarse cerca, caricias y algún beso perdido. Después de cenar fuimos a un boliche a tomar un trago. Había una pista de baile, bailamos. Sentí como se pegaba a mí, y el contacto me éxito mucho. Mi pija empezó a crecer y para taparlo me pegaba más a ella que evidentemente lo notaba y se reía.-Parece que el baile te está afectando- me dijo mientras se reía mirándome la entrepierna-No es el baile, eres tu- le dije y la besé apasionadamente, apretándome contra sus tetas.-No te parece que debemos volver- me dijo,-además podrías invitarme con un último café en tu casa, para que se me pase la bebida y mi hijo no lo note, que siempre me espera despierto- Salimos, ya en el coche nos besamos y tocamos, sentí que sus tetas eran realmente duras, turgentes, hermosas. Yo estaba a mil, ya era imposible tratar de taparlo.-Hace mucho que no tienes sexo- me pregunto señalando mi entrepierna.-no, pero tú eres la que me pone a mil, me encantas- le conteste.-bueno me alegro, pero tendremos que hacer algo con eso o necesitaras un médico- me dijo riéndose. Llegamos al edificio, subimos y entramos a mi departamento. Apenas cerramos la puerta dijo-a ver como solucionamos esto-, y se arrodilla delante mío abriéndome la bragueta sin que yo reaccione ante su ...
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