En el trabajo me gané la fama de puta, por lo fácil que le resultó a dos de mis compañeros convencerme de que me acostase con ellos, a un mismo tiempo
Fecha: 07/09/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Infidelidad
Intercambios
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
... cuello y oídos. Hasta que uno de ellos cuando regresé a la mesa con el otro, nos propuso a nosotros que fuéramos a un motel para seguir la fiesta. Yo estuve de acuerdo, pero de golpe se me ocurrió que bien podíamos irnos a mi casa, además de que estaba cerca, y como el pendejo de mi marido seguramente no se iba a escapar de la cárcel, aunque eso último no se los dije a mis compañeros de trabajo. La idea les gustó a mis dos compañeros de trabajo, la verdad es que no fue hasta que llegamos a mi casa, que me detuve a pensar, en lo que yo había hecho, digo en invitarlos a ellos dos a mi propia casa. Pero ya dentro, en lugar de decirles que pensándolo bien era una mala idea, lo primero que hice fue decirles que se sirvieran algo, mientras que yo me ponía algo más cómoda. No sé qué me pasaba, me encontraba deseosa de que alguno de los dos se decidiera irse para yo quedarme a pasar la noche con el otro, o por lo menos esa era mi idea. Así que una vez que me quité la ropa, bajé a la sala en bragas, sin más nada puesto, uno de ellos, de inmediato me entregó una botella de cerveza, la que me tomé prácticamente de un solo viaje. Pero al tener la botella ya vacía, la coloqué sobre la mesita de la sala, y la hice girar, al tiempo que les dije a los dos. “Bueno chicos, al quien señale el pico de la botella, se marcha.” Fue cuando uno me dijo. “Pero en lugar de eso, no te parece que sería mucho mejor que, en lugar de acostarte con uno, te acuestes con los dos.” Yo la verdad es que no había ...
... pensado en esa opción, y cuando me fijé en el pico de la botella, se encontraba apuntando justo hacía mí, por lo que riendo como una verdadera tonta les dije. “Parece que la que se va a tener que marchar soy yo.” Ambos se me acercaron, y al tiempo que ambos comenzaron a quitarse su ropa, también continuaron besándome, acariciándome, y agarrándome por todas partes. Con la clara intención, de recostarme sobre el sofá de la sala, pero en ese momento les propuse que subiéramos a la habitación, ya que en la cama seguramente sería mucho más cómodo, que hacerlo en ese pequeño sofá. Sin dejar de manosear todo mi cuerpo, ambos subieron tras de mí. Y ya dentro de la habitación de mi esposo y mía, de inmediato me dediqué a mamar sus vergas. Nada más para que entrasen en calor, así que cuando ya las tenían bien duras, yo terminé de quitarme los pantis, y colocándome sobre la cama, los invité a que me penetrasen. En esos momentos, a medida que tanto uno, me estaban penetrando, por el coño, en lo único que yo pensaba era en el placer que estaba disfrutando, fue cuando uno de ellos vio la foto de mi esposo y mía sobre la peinadora, y me preguntó, como si no lo supiera, quien era el tipo ese. Yo de la manera más natural le dije, a ese es el cabrón de mi marido, mientras él continuaba enterrándome toda su verga dentro de mi coño, y yo moviendo mis caderas, para sentirlo más dentro de mí. En ese instante el otro, al que le continué mamando su verga, dijo. “Él sabe lo que estamos haciendo en su ...