Sombras (Capítulo 5)
Fecha: 12/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Darthmaull, Fuente: TodoRelatos
... se rió por lo bajo, una risa oscura que antes la hubiera hecho estremecerse de asco, pero que ahora solo alimentaba su anticipación. Se acercó más, ignorando su protesta, su mano posándose en su brazo con una firmeza que no dejaba lugar a discusión.
—Vamos, Laura. Quítate la falda, quiero verte, quiero tocarte —ordenó, su voz endureciéndose, cargada de una amenaza implícita mientras su otra mano comenzaba a desabrocharse el cinturón, dejando claro que no se conformaría con menos.
Laura fingió dudar, sus ojos bajando al suelo mientras murmuraba un "por favor, no, no se si estoy actuando bien" apenas audible, pero sus manos ya estaban moviéndose lentamente hacia la cremallera de su falda, dejándola caer al suelo con un susurro suave, revelando sus piernas y las braguitas negras de encaje que llevaba debajo. Carlos la observó con una sonrisa satisfecha, sus ojos oscurecidos por el deseo mientras se acercaba aún más, sus pantalones cayendo lo suficiente para liberar su polla, ya dura, gruesa y venosa, apuntando hacia ella con una arrogancia que ya no la repugnaba, sino que intensificaba el morbo que sentía al saber que podía controlar hasta dónde llegaba esto.
—Qué buena estás, Laura. Ven aquí —gruñó, sus manos agarrándola por las caderas y atrayéndola hacia él, su polla rozando contra su muslo a través de la fina tela de sus braguitas mientras sus dedos ásperos se deslizaban bajo el elástico, rozando su piel con una urgencia que no intentó ocultar.
Laura fingió ...
... un jadeo de protesta, sus manos apoyándose en su pecho como si intentara apartarlo, murmurando un "Carlos, por favor, no estoy lista para esto", pero permitió que sus dedos exploraran más, sintiendo cómo se deslizaban hacia su coño, rozando su clítoris con una presión que la hizo estremecerse, no de asco, sino de un placer oscuro que la recorría. Internamente, el asco estaba casi ausente; en su lugar, había un morbo intenso, una satisfacción al sentir el calor de su toque, la dureza de su polla presionando contra ella mientras él intentaba maniobrar para rozarla más íntimamente, como si quisiera penetrarla allí mismo contra el escritorio. Sus pensamientos giraban en torno a cómo había cambiado, cómo había pasado de repulsión a este involucramiento que la excitaba, cómo disfrutaba del control que ejercía al fingir resistencia mientras dejaba que Carlos creyera que mandaba. El calor de su cuerpo, el roce de su polla contra su piel, el olor de su deseo, todo alimentaba una chispa que no podía apagar, una que la hacía humedecerse a pesar de la fachada que mantenía.
Carlos gruñó, su respiración agitada mientras sus caderas se movían contra ella, su polla deslizándose entre sus muslos, rozando la tela de sus braguitas con una intención clara, buscando más.
—Laura, estás tan caliente, sé que lo quieres. Déjame follarte, solo un poco, vamos —murmuró, su voz ronca mientras sus manos intentaban bajar sus braguitas por completo, pero Laura, manteniendo su juego, fingió un pánico ...