Luna azul mejor que el viagra
Fecha: 08/02/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: golfoenmadrid, Fuente: RelatosEróticos
Yo nací con la luna de plata
nací con alma de pirata,
he nacido rumbero y jarocho
trovador de veras,
y me fui lejos de Veracruz.
Veracruz, rinconcito
donde hacen su nido
las olas del mar
Veracruz, rinconcito
de patria que sabe sufrir y cantar
Veracruz, son tus noches
diluvio de estrellas, palmera y mujer.
Veracruz, vibra en mi ser,
algún día hasta tus playas lejanas
tendré que volver...
La conocí una noche oscura, sin luna, una noche negra, como mi propio estado de ánimo, el malecón, atestado de gente, bebiendo y divirtiéndose, profundizaba mas mi depresión. Como a un zombie, mis piernas me llevaban hacia el café de la Parroquia, mientras mi mente se reconcomía en una espiral autodestructiva
.
El ruido de las cucharitas al chocar con el cristal, tan típicamente jarocho, me hizo reaccionar, en una mesa de la acera, estaba Tito, mi amigo de juergas, un golfo como yo, simpático, cuya apariencia no delataba sus años de borracheras y excesos, por el contrario se mantenía joven, era un cazador avispado, preparado para saltar sobre cualquier presa que llevara faldas, sin importarle, lo mas mínimo, el hecho estar casado (Casado, pero no castrado.... era su frase preferida). A su lado estaba sentada, una de sus tantas amigas.
¡Compadre!-, me llamó, - siéntate con nosotros-, y dirigiéndose a la mujer, le dijo, - Luna, te presento al gachupín mas cabrón que ha llegado a pisar Veracruz-.
A regañadientes, me acerqué. Al saludarla, ...
... su aroma, a hembra satisfecha, inundó el ambiente, lejos de hacerme reaccionar, me hundió más en mi propia melancolía. Mecánicamente, me senté en la silla que el mesero, me tendía.
-¡Que onda!, llevaba un chingo de tiempo sin verte-, alegramente comentó mi amigo, -ya no te dejas ver-.
-He estado muy ocupado-, contesté tratando de evadir la contestación.
No me apetecía nada, el convivir en ese momento, quería estar solo. La conversación empezó a recorrer las diferentes peripecias, en la que habíamos estado involucrados, la exageración era el tono predominante, Tito me describía como un superman incansable, cuyas proezas rivalizarían con cualquier actor porno. Tanta alabanza, empezaba a calar en mi interior, a nadie le molesta que le ensalcen, empecé a reirme, a disfrutar. Luna era una morena de pelo corto, atractiva, su escote dejaba entrever unos magníficos pechos, que no me eran indiferentes. La escasez de su falda, mostraba descaradamente unas piernas contorneadas. Ella, sabedora de su atractivo, jugaba con nosotros, unas veces cruzándolas, otras agachándose para que buscáramos con la mirada, entre el canal de sus senos, el inicio rosado de sus pezones.
Las cervezas, que con ansia consumía, provocaron que necesitara ir al baño. De pié, frente al urinario, me dí cuenta que estaba feliz, mis problemas parecían lejanos, el alcohol y la muchacha me habían reanimado, entre mis manos estaba la demostración, lejos de estar en letargo, me pedía acción.
Al volver a la ...