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La vendedora (2)
Fecha: 15/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos
Valeria Antes de que pudiera abrir la ducha, y con la colcha todavía aferrada a mi cuerpo por mi mano derecha, Mateo ya estaba detrás de mí, rodeándome con sus brazos y besándome el cuello. Me pegó a él con su abrazo, permitiéndome sentir en mis nalgas que su miembro se estaba levantando de nuevo. – ¿Qué hacés? – pregunté sonriendo y ladeando el cuello. Su respuesta fue subir sus manos, retirando con suavidad la prenda que me cubría y agarrar despacio mis tetas, provocándome un leve gemido, que nuevamente exageré. Con sus dos manos masajeando mis pechos giré completamente el rostro en busca de sus labios, recibiendo el primer beso decente que mi compañero de trabajo me dio esa noche. Me comió la boca con ansias. A medida que nuestras lenguas se enredaban más cerca de mi garganta que de la suya noté que la presión en mis nalgas se incrementaba. Eso terminó de dejarme lista para recibirlo nuevamente entre mis piernas, lo que le demostré llevando una de sus manos a la entrada de mi vagina. Mateo Valeria me tenía más caliente de lo que estuve en mi vida. A pesar de haber acabado minutos antes solo quería enterrar otra vez mi paquete entre sus piernas que, por lo que noté con mis dedos, también estaba en condiciones de recibirlo. Mis manos pasaban continuamente de sus tetas a su ombligo y de este a su vagina o a su cola. Mi boca mordía la suya o chupaba su cuello. De su garganta salían gemido de calentura mientras rogaba a gritos que ...
... siguiera. Valeria Con sus manos recorriendo todo mi cuerpo y mi lívido por las nubes apenas que pude abrir la ducha. Me giré y agarré su cara con mis dos manos. Entramos en la bañera sin dejar de besarnos. El agua caía a mi espalda y me mojaba entera. Mateo Observar el cálido líquido recorrer su cuerpo fue de lo más erótico que vi en mi vida. Apenas separamos nuestras bocas me alejé unos centímetros para contemplarla. Sus brazos rodeaban mi cuello. Sonreía con sus ojos clavados en los míos y respiraba algo agitada. Una gota rozó la comisura de sus labios y bajó hasta su cuello. Después descendió hasta una de sus tetas. Decidí que ahí terminaría su camino y acerqué mi lengua a ella para saborearla. Empecé de a poco a beber de su pecho. Valeria me apretó despacio contra este y fui aumentando la fuerza de mi succión. Gemía con los ojos cerrados. Flexioné mis rodillas pasando a ingerir el agua que mojaba su ombligo para finalizar con mi lengua degustando una fuente distinta de humedad. Valeria Mateo se arrodilló y se sostuvo de mi cola. Me besó y sorbió mi entrepierna. Yo me sostenía de su cabeza con una mano mientras la otra jugaba con mis pechos. Llevó su lengua bien dentro mío y la movió recorriendo todo lo que pudo de mi interior. Después se dedicó a lamer y chupar mi clítoris. Tuve que detenerlo para no correrme. No habría podido seguir de haberlo hecho y quería que me cogiera de nuevo, mucho más viendo la actitud activa que mostraba en ese momento. Lo tomé del rostro ...