1. De sobrina a sumisa (parte 2)


    Fecha: 16/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrazaba a la almohada y levantaba la cola. ¿Te gusta a vos?”.
    
    -“Me encanta tenerte de putita obediente. ¿Queres ser mi sumisa, como en 50 sombras?, ¿eso te gusta?”-
    
    -“Si tío, si. Atame, pegame, haceme tu nena. Decime que querés y lo hago”.
    
    La hice sentar en el borde de la cama, le saqué la remera para verle las tetas, me bajé el bóxer y le dije “Lameme la pija”. Ella la tomó delicadamente y empezó a darle besitos y lamerla con candidez e inexperiencia. La tomé del cabello y le dije “Abrí la boquita” y le puse la cabeza dentro de su boca. “Ahora chupala, sacala y metela” mientras con la mano le marcaba los movimientos y ella la chupaba con ganas.
    
    -“Hoy no porque te quiero coger, pero ya vas a chuparme así hasta que te acabe en la boca. ¿Queres sentir mi leche?”
    
    Asintió con la cabeza mientras seguía chupando y de a ratos se sacaba la pija de la boca y me lamía el tronco y los huevos con ganas y deseos para después volver a chupármela.
    
    -“En las porno vi que se tragan la leche ¿Eso se hace?”.
    
    -Claro. Y vos te vas a comer mi lechita como una buena putita ¿querés?”.
    
    -“Si tío, quiero ser tu putita en todo”.
    
    -“Pero ahora, lo que quiere tu tío es cogerte. Acostate boca arriba hermosa”.
    
    Rápidamente obedeció, sacándose la tanguita, yo me puse sobre ella y abriéndole las piernas, puse la punta de mi pija en la entrada de su conchita que, a esta altura, estaba más que mojada. Pero no fue fácil penetrarla, si bien no decía nada era evidente que le dolía si ...
    ... empujaba fuerte. Suave, moviéndola en círculos y apenas presionando, esperé que se abriera para recibirme. De a poco la calentura y el deseo fueron aflojando su vagina y cuando entró la cabeza, me fui moviendo suavemente hasta que estuvo toda dentro de ella. Ella solo gemía y me abrazaba.
    
    Empecé a moverme más profundo dentro de ella, entrando y saliendo. La iba besando, tomando sus pechos en mi mano libre, acariciando su pierna. Ella parecía abstraída, disfrutando del placer que sentía. Cuando me acercaba a su boca, me daba unos besos tiernos, cálidos y profundos. La sentía totalmente entregada y relajada. De esa manera, estuvimos un rato largo, en un momento empezó a gemir, a respirar a bocanadas y a decir:
    
    -“No pares, por favor, no pares”, mientras se abrazaba fuertemente a mí. “No pares, no pares”, seguía repitiendo, hasta que se tensó, arqueó el cuerpo para pegar su conchita contra mí, me abrazó más fuerte y acabó entre gemidos y gritos ahogados en un orgasmo largo e intenso. Después, se aflojó de golpe y quedó jadeando.
    
    -“Nunca sentí algo así, nunca”, dijo asombrada.
    
    -“Ahora vení”, le dije “que te quiero acabar en la boca y que pruebes mi leche”.
    
    Me levanté y ella rápidamente se acomodó para chuparme, lamerme y jugarme con manos y lengua. Cuando me empezó a calentar le empujaba la cabeza para metérsela más profundo y ella abría la boca para recibirla hasta que sentí que estallaba, le apreté la cabeza contra mí y le dije que se quede quietita.
    
    -“Sentime ...