1. Negación y Entrega


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Lesbianas Autor: ShirleyT, Fuente: TodoRelatos

    Sofía entra a mi habitación con esa mezcla de orgullo y nervios que la delata siempre que está conmigo. Me quedo mirándola en silencio, dejando que la tensión haga su trabajo.
    
    —Sabía que ibas a venir. No importa cuándo… siempre vuelves. Le solté
    
    Ella baja la mirada, como si buscara una excusa para justificarse, pero yo no se la doy. Me acerco, le agarro la cara con firmeza y la obligo a mirarme. Nuestros ojos se cruzan, cargados de todo lo que nos negamos. No le doy más tiempo. La beso. Fuerte, hambrienta, con rabia y deseo. Ella gime contra mi boca, y siento cómo se rinde desde el primer contacto.
    
    Mientras la beso, mis manos bajan por su cuerpo y voy quitándole la ropa con calma, disfrutando de cada reacción suya. Cuando su vestido cae, descubro que no lleva nada debajo. Me sonrío contra sus labios. Y le digo: “Sabía que vendrías lista para mí.”
    
    Bajo la mano entre sus muslos y enseguida siento su humedad empapando mis dedos. Sofía me mira con los ojos ardiendo y me toma del cabello con fuerza, bajando mi cabeza hasta su entrepierna. No me da opción.
    
    Obedezco. Abro sus piernas y la devoro como si la hubiera estado esperando toda la vida. Introduzco mi lengua en su chochito, lento, profundo, saboreándola completa. Subo hacia su clítoris y lo chupo con fuerza, alternando presión y caricias suaves, mientras mis dedos la sostienen firme.
    
    Ella se arquea, gime, me jala más fuerte contra ella, queriendo fundirse conmigo. Mi lengua recorre cada rincón, cada ...
    ... pliegue, hasta que tiembla entera, se derrama en mi boca y grita mi nombre contra la almohada. La sostengo mientras se viene, bebiendo de ella hasta dejarla exhausta.
    
    Levanto la mirada con la boca húmeda y una sonrisa peligrosa:
    
    Esto es solo el principio, Sofía.
    
    La giro de espaldas y me pongo el arnés. Cuando la penetro, entra de una sola vez, haciéndola soltar un gemido que me eriza la piel. La tomo por la cintura y empiezo a darle fuerte, el sonido de su cuerpo contra el mío llenando la habitación.
    
    La pongo en doggy style, con sus manos hundidas en las sábanas. Cada embestida hace que sus nalgas reboten contra mí. No me contengo y le doy un par de nalgadas que la hacen gritar de placer. Ella gime más, pidiéndome más.
    
    Le jalo el cabello hacia atrás, acerco mi boca a su oído y le susurro:
    
    Te gusta que te use así, ¿cierto?
    
    Ella asiente jadeando. Mi mano se desliza a su cuello y aprieto con firmeza, justo como a ella le gusta, mientras la sigo penetrando sin pausa. Sus gemidos se vuelven gritos ahogados entre placer y rendición.
    
    Cada embestida la lleva más alto, más cerca, hasta que su cuerpo entero se sacude en un orgasmo brutal. Se aprieta contra mí, se viene gritando, y me toca taparle la boca para que no te escuchen y eso nos excita más , veo las lágrimas de puro placer en los ojos de ella.
    
    De pronto, se suelta de mi control. Se gira y me empuja sobre la cama. Su mirada tiene fuego.
    
    “Ahora yo…” me dice con esa voz ronca que me vuelve loca.
    
    Se sube ...
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