1. El amor de mi esclava


    Fecha: 08/02/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... soltó sus manos que se dirigieron a cubrir su rostro y comenzó a llorar de una forma que parecía incontrolable.
    
    Me levanté y me senté a su lado, le pasé un brazo sobre los hombros y con el otro atraje su cara hacia mí y la apoyé sobre mi pecho, comenzando a acariciar su cabello castaño, apretando su ser contra mi pecho como si desease cobijarla y protegerla. Del fondo de mi ser, surgió la frase:
    
    - Ya no estás sola.
    
    Fue suficiente para perforar y derrumbar su última defensa, se abrazó a mí y comenzó a llorar descontroladamente. La dejé hacerlo, el tiempo y mis brazos iban a confortarla y contenerla, sólo era necesario dejarla que se expresase, sin palabras y con lágrimas.
    
    Fueron largos minutos donde lo único que se escuchaba eran sus sollozos y quejidos, ninguna palabra surgía de nuestros labios. Lentamente se fue tranquilizando, parecía haber ingresado en un campo de paz, su cuerpo dejó de conmoverse, su llanto se aquietó hasta desaparecer. Permaneció acurrucada contra mi pecho. Luego de unos minutos, sus palabras surgieron de sus labios escondidos dentro del abrazo.
    
    - Perdón. No me pude controlar. Estoy muy avergonzada. Después de tanto tiempo de represión, angustia, aislamiento y soledad cuando noté que alguien se acercaba y me podía escuchar quise abrirme para que sólo saliese una pequeña parte de mis emociones, pero el peso de los recuerdos, mi soledad y mi tristeza me apabullaron y todo surgió solo, sin que quisiera, incontrolable, no lo pude evitar. Sé ...
    ... que debes estar arrepentido de la invitación, pero fue superior a mis fuerzas, no pude…
    
    - Claudia, lo único que pasó fue que donde había tristeza, soledad y abandono apareció una mujer esplendorosa en la belleza de su sinceridad. Sólo fuiste honesta y transparente, debés estar orgullosa de tu valor para enfrentar el pasado y poder descargarlo como yo lo estoy de haber sido el elegido para tus confesiones.
    
    Sus ojos bañados en lágrimas se alzaron hacia los míos mientras una sonrisa sincera y profunda iluminaba su rostro. La tranquilidad y la paz se habían apropiado de su ser. Parecía otra mujer, una que ahora tenía algo más porque luchar, porque enfrentar el futuro, una razón para ser feliz… como mujer… como hembra…
    
    Acerqué mi cara a su rostro, mis labios a los suyos y le estampé un pequeño beso sobre los mismos, un piquito que quería ser el inicio de un camino mucho más profundo. Ella sonrió aún más todavía, colocó mi mano derecha entre sus pechos, sobre su corazón que latía estrepitosamente. Entonces dirigí mi boca sobre la suya, que se entregó sin condiciones ni límites. Su lengua se enredó con la mía y ambas buscaron las profundidades de la garganta del otro en medio de un abrazo profundo y estrecho que debió durar escasos minutos, pero pareció una eternidad.
    
    Separamos nuestras bocas. Nos miramos. Nuevamente mi lengua se introdujo en su boca y comenzamos una lucha sin cuartel entre nuestros labios, nuestras bocas y nuestros cuerpos que se apretaban estrechamente, ...
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