1. El amor de mi esclava


    Fecha: 08/02/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... castigó varias veces. Los pechos se balancearon subiendo y bajando, yendo de lado a lado. Tomé su pezón, lo apreté y lo retorcí. Los quejidos salían a borbotones de sus fauces. Castigué la parte interna de sus muslos, lancé un par de chirlos sobre su concha. Los quejidos fueron gritos y los gritos se transformaron en aullidos. Una lluvia de leñazos cayó sobre su indefenso culo que se debía estar llenando de moretones y cardenales. Aunque no los viera, la temperatura de esa piel, los gestos de su cara, las muecas de dolor, los estremecimientos de aflicción que recorrían su cuerpo, eran claros exponentes, todos ellos, del padecimiento de ese joven cuerpo de hembra entregada para mi placer.
    
    Con sus ojos cerrados ella soportaba los trallazos que caían sobre su cuerpo. Su cadera oscilaba circularmente y luego subía y bajaba, sus quejidos y sollozos seguían acompañando su disciplinamiento. Ella era consciente de haberlo provocado y de haberlo querido. Sabía cómo me excitaba esa golpiza y contribuía a exacerbar mi ímpetu. Cacheteé su rostro, de ida y de vuelta. Sus mejillas se sacudieron como tela al viento. Estaba decidido a llevarla hasta el último rincón del sometimiento, hasta el fondo de su humillación para que se postrase ante mí y supiese que de su sumisión no había retorno… que si aceptaba su esclavitud no había liberación posible…
    
    - Así… sí… sí… más fuerte… dominame… demostrame tu poder y tu fuerza… hacé que me sienta una puta arrastrada… tu puta… tu mina… la que te ...
    ... entrega todo su cuerpo… la que lo único que quiere es que disfrutes de su sufrimiento… la que quiere que su dolor sea el motor de tu deseo y de tu lujuria… poseeme… enseñame… adiéstrame… someteme… que mi cuerpo sienta quien manda… pegame para que aprenda a ser más puta, más arrastrada, para que pueda satisfacer mejor todos tus deseos… necesito educarme, necesito saber que no tengo ni derecho a gozar sin tu permiso, que mi placer te pertenece como mi cuerpo es tuyo, mi cuerpo y mi alma… toda yo soy tuya…
    
    - Sos totalmente mía y vas a sufrir y padecer esa propiedad, vas a sentir quien es tu amo y quien te va a hacer experimentar el rigor del castigo y la esclavitud…
    
    - Sí… hacé que mis tripas se conmuevan con tu posesión… humíllame… pisotéame… demostrame que soy nada ante tu poder y tu fuerza… llename el culo con tu leche, regame las tripas con tu semen… rompeme el orto totalmente…
    
    La agarré del pelo, lo retorcí, lo tiré hasta casi arrancárselo y al mismo tiempo cacheteaba sus tetas de un lado a otro, los impactos resonaban en la habitación. Mi mano golpeaba sobre los cachetes de su culo, las nalgas rebotaban, saltaban como si fuese informes masas gelatinosas. El calor de esos músculos demostraba el ardor y el dolor que irradiaban.
    
    Mi mano se encaminó hacia la mata de vello púbico que coronaba el extremo superior de su concha. Tomé el mechón entre mus dedos, aprehendiendo toda su pelosidad. Retiré mi miembro arrastrando los pelos asidos por mis dedos, tensando la piel ...
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