1. El amor de mi esclava


    Fecha: 08/02/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... domiciliaba.
    
    Los días fueron transcurriendo. El equipo comenzó a trabajar el lunes, ya habíamos realizado el mapa judicial y delineado con los colegas el plan de auditoría. Corría la tarde del miércoles cuando llamé a Claudia a mi despacho.
    
    - Cerrá la puerta y sentate, por favor, le dije cuando hubo ingresado al despacho.
    
    - Sí, señor, fue la respuesta que emitió al tiempo que se sentaba del otro lado del escritorio.
    
    - ¿Cómo estás?
    
    - Bien, dijo, mirándome fijamente mientras sus ojos se abrían.
    
    - Me refiero al trabajo, si te estás adaptando al nuevo grupo, cómo andan las cosas…
    
    - Bien, dijo relajándose, nos estamos acostumbrando a trabajar como equipo, la forma de trabajo que hay aquí es muy distinta a la que yo tenía antes en Personal, requiere más interacción, más comunicación, tiene que haber buena sintonía entre la gente. La verdad es que me siento muy cómoda y contenta de que las cosas hayan sucedido como sucedieron…
    
    - Me alegro… Cualquier inquietud, iniciativa o propuesta que tengas, la puerta está abierta… Además, quería pedirte un favor…
    
    - ¿Si?
    
    - Mañana, a eso de las cinco de la tarde, viene un empleado a declarar en un sumario por un problema en las condiciones particulares de una póliza de incendio y necesitaría que me ayudes con esa declaración, escribiéndola en la compu, para luego hacer la impresión…
    
    - No hay problema…
    
    - Lo que pasa es que posiblemente la declaración se extienda y se demore tu horario de salida…
    
    - No hay ...
    ... inconvenientes, mi hija está con mi madre, así que con solo avisarle está todo bien…
    
    - Muchas gracias.
    
    Me levanté y dándole un beso en la mejilla di por terminada la conversación.
    
    No sé si era bella, pero me gustaba mucho… Si bien era muy diligente, simpática y colaboradora, tenía cierto aire de ausencia que le creaba un aura de soledad y, tal vez, de misterio.
    
    Traté de imaginar su vida. ¿Estaría en pareja?, ¿de novia?, o sus días transcurrirían en la rutina de una vida aislada y oscura entre su madre y su hija, olvidando su juventud y sepultando sus anhelos e ilusiones… Lo descubriría, estaba seguro de poder hacerlo.
    
    El plan que mi mente había urdido, parecía funcionar. Le había sugerido a la Jefa de Personal que trasladara el trámite de los sumarios de los empleados del estudio jurídico que hasta ahora los estaba llevando a nuestra oficina. La excusa era el ahorro y esa causa siempre funciona en una empresa en problemas. No habían transcurrido dos días desde esta propuesta y ya había aparecido el primer caso que me permitiría pedirle a Claudia que se quedara después de hora y así intimar con ella.
    
    La declaración avanzaba con lentitud, la palidez del rostro del declarante y su faz empapada de transpiración eran claramente relevantes de la tensión que se palpaba en el momento. Yo dirigía el interrogatorio con decisión y con una estrategia ya diagramada. Cuando consideré que habíamos alcanzado el objetivo, di por cerrado el trámite y le pedí a Claudia que ...
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