1. Ana 4


    Fecha: 14/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... trasero igual de voluptuoso. La estaba recorriendo de arriba abajo con la mirada cuando notó que la profe lo miraba fijo con una sonrisa que le pareció burlona.
    
    Facundo enrojeció. Le dio pena el chico. Evidentemente no estaba acostumbrado a tratar con mujeres mayores, y no había aprendido a disimular sus miradas lascivas. El chico enrojeció aún más, entonces Ana lo guió hasta el living, dándole la espalda, para que el chico no se sintiese intimidado y tuviese tiempo de volver al color normal. Al llegar al living, pudo observar a través del débil reflejo que le devolvía la ventana, como su nuevo alumno se deleitaba mirándole el culo. Le dio gracia. Sabía que a esa edad los chicos estaban con las hormonas enloquecidas Se preguntó en qué estaría pensando el chico. ¿Acaso en despojarla de su ropa salvajemente como lo hacía aquel vecino abusador? Era muy probable.
    
    La primer clase fue muy básica. Le enseñó la primera posición del violín, las cuatros cuerdas principales, y sus respectivas notas. Cada vez que se le acercaba para corregir su postura, notaba como la respiración de Facundo aceleraba. Nuevamente sintió pena por él. Un chico tan tímido estaba condenado al fracaso.
    
    A facundo, la clase se le hizo más corta de lo que hubiese querido. Le hubiese gustado estar más tiempo con Ana. Le gustaba sus movimientos agiles y su postura firme al mostrarle como se debe tocar. Una vez en su casa, le dedicó una paja en el baño, mientras esperaba a que la comida esté ...
    ... hecha.
    
    Transcurrieron varios meses, donde desarrollaron una docena de clases. La timidez de Facundo iba disminuyendo. Trataba a Ana de vos, y había aprendido a observarla subrepticiamente, sin que ella se diera cuenta. Al menos eso creía él.
    
    El primer contacto que tuvieron fue por un error. Ana lo acompañaba hasta el ascensor, para luego despedirlo en la puerta del hall del edificio. En unas de esas despedidas, cuando Ana estaba a punto de salir del ascensor, Facundo pretendió salir tras ella, pero el ascensor aún no había abierto del todo, por lo que tuvo que frenar sus pasos de golpe, pero no pudo evitar empujar con su cuerpo suavemente a su profesora. Se murió de vergüenza, porque desde que bajaban del ascensor no dejó de desnudar a Ana con la mirada, cosa que le provocó una erección. Estaba seguro de que ella había notado su dureza, seguramente debería estar muy ofendida.
    
    —Perdón —Dijo en un susurro. Mientras la puerta se terminaba de abrir, Ana giró su pequeña cabeza rubia y le sonrío.
    
    —No pasa nada. — Contestó.
    
    A ella le daba gracia su atolondrado alumno, pero le caía bien. Lo veía como un chico perdido en la vida, cosa con la que se sentía identificada. En su interior comenzaba a gestarse una idea: ayudaría a ese chico a ser más seguro y a confiar en sí mismo. Esa tarde donde sintió el pequeño miembro erecto, se había permitido usar un short bien cortito. Ese que le gustaba tanto al pajero de su vecino. El chico ya no la miraba estupidizado, pero cada vez que no lo ...
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