Mi amiga china.
Fecha: 08/02/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Pablo, tengo 35 años, soltero y adicto al gimnasio, uso la barba larga y los pelos largos. Trabajo de vigilante en una tienda de chinos, donde trabaja Jiongi, una chica china de 25 años, muy simpática, cosa que me resultó raro, ya que son una gente muy cerrada. Desde el primer día que fui a trabajar ahí, Jiongi, siempre me bromeó por mi barba, me dice que parezco un "yeye", que en chino significa abuelo, según lo que me dijo ella. Para ser china, es muy bonita, delgada, de metro sesenta, sus cabellos le llegan casi hasta su cintura, sus tetas son chicas, sin ser pequeñas, un culito bien respingado, realmente es muy linda. Cada vez que tenemos oportunidad hablamos, ella me cuenta que sus padres están en su país, que los quiere traer, que la dueña de la tienda es amiga de su madre, aunque no entiendo que hablan, cada ves que se dirige a ella lo hace de mala forma, y ella sin decir nada, agacha la cabeza y se va, yo sigo con lo mío y acá no ha pasado nada. En una de esas oportunidades que teníamos para hablar, nos dimos nuestros números de teléfono, y antes que le dijeran nada, seguí con mis rondas. Los días domingo esa tienda no abre, ya que esta en un centro comercial, así que descansamos todos los que trabajamos ahí. Un sábado a la noche me llama Jiongi para decirme si el domingo podemos ir a comer juntos, yo acepté encantado, ya que la chinita me gusta. Como ella no conoce bien la zona, por lo que me dijo, quedamos en una plaza que esta frente al centro comercial. A ...
... las once de la mañana la pase a buscar en la moto y nos fuimos. Decidimos ir a Madrid, a un tenedor libre que conozco, y en una hora y algo estuvimos ahí. Sentía el cuerpo de mi delgada amiga abrazarse a mi cuerpo, como apoyaba su cabeza contra mi espalda, que rica sensación. Dejo la moto en el estacionamiento, y nos fuimos a caminar, a tomar un aperitivo antes de ir a almorzar, sin darnos cuenta, nos agarramos de la mano y así íbamos caminando, hasta que cuando nos dimos cuenta nos empezamos a reír, yo, la verdad, me gusta mucho esa chica, y le agarre la barbilla y le di un beso en sus labios, me sorprendió como acepto mi beso y me lo devolvió. Ahora seguimos de la mano, pero mas juntos, rozando nuestros cuerpos. Tomamos un aperitivo, ella reía por todo, se la veía súper relajada y feliz, los besos iban y venían sin cesar, yo quería abrazarla, y besárla metiendo mano, acariciar sus nalgas, sus tetas, pero el lugar estaba lleno. Comimos muy bien, caminamos otro rato, y le dije de ir a casa si quería, me dijo que si, que por que no?, y volvimos de nuevo a donde vivimos. En el viaje, yo sentía como se apretaba a mi, como me besaba la espalda, como apoyaba su cabeza contra mi espalda, yo estaba deseando llegar, pero no iba a hacer locuras de velocidad, así que vine tranquilo. Dejamos la moto en el garaje de casa y subimos de la mano en el ascensor, entre besos, sonrisas y miradas. Cuando entramos, nos sentamos en el sillón del salón, y ahí aproveche a besárla fuerte, a meter mi ...