Compartiendo a mi esposa (parte 2)
Fecha: 02/10/2025,
Categorías:
Intercambios
Autor: ElDuque, Fuente: CuentoRelatos
Hola, les adjunto el término del relato anterior, se los dejo;
Fue entonces cuando sentí que Luis se acomodaba, pase mi mano a la entrepierna de mi mujer, y comencé a acariciarla como sé que se estimula de mayor manera, obligándola en un quejido de placer a retroceder con su cola hasta Luis, prácticamente entregándosela, este último sin aguardar indicación alguna se acercó a ella y la beso al tiempo que con un movimiento rápido se pegaba a su cuerpo, típico movimiento de mi esposa cuando quería ser penetrada, lo que Luis no hizo desesperándola, así en un momento de álgida lujuria ella se dio vuelta para besarlo mejor con un beso profundo y apasionado.
Yo a su espalda me preguntaba porque aún no había tomado la iniciativa ella de tomar a Luis, pues sabía que ella no tenía ni la fuerza de voluntad ni la paciencia para dilatar la penetración cuando estaba caliente, más aun escuchando el nivel de excitación en el que estaba y la humedad que la empapaba y que acompañaba de forma ruidosa cada caricia que procurábamos en su intimidad.
Entonces lo entendí, llegar a ese nivel dependería de mí. Debería tomar la decisión de llegar mas allá y la tome, así que tome su cola y aproxime mi miembro a la entrada de su Vagina y con un suave movimiento la penetre, ella se estremeció al instante en un quejido casi de llanto, lo que me hizo ver lo mucho que esperaba desesperadamente ese momento, ahora ya habíamos llegado a otro nivel ya no jugábamos a besos y tocaciones, ahora nos ...
... follaríamos a mi esposa.
Por el tiempo que estuve dentro de ella Luis besaba sus senos, su boca y según mi impresión ella lo tocaba con desesperación en su miembro, masturbándolo, eso me llevo a recordar lo portentoso del miembro de nuestro amigo y pude entender por la energía con que mi esposa movía sus manos lo desesperada que estaba por sentirla, por llegar a esos lugares que yo sabía que quería sentir invadidos, conquistados.
Así pues la gire hacia mí y besándole la boca le pregunte si sabía lo que estaba haciendo y si quería seguir, a lo que ella respondió con un “si”, que más fue un gimoteo, más llanto que una palabra, entonces la tome de la cintura y la empuje contra Luis, quien en un movimiento lento pero sin pausa entro en ella liberando un bufido que me dio a entender que la había llenado completamente de una vez, así se quedaron quietos un momento en el que ella me besaba con desesperación hasta que la note comenzar a mover lentamente su cadera, en círculos, como lo hace cuando quiere sentir que mi miembro le acaricie cada pared de su intimidad.
Cada vez más rápido sus caderas liberaban una respiración aún más agitada, con gemidos que subían de tono convirtiéndose en verdaderos gritos hasta que rompió en uno que se apagó como si se hubiese quedado sin voz y que termino en un quejido que propicio un estremecimiento, un temblor en su cuerpo que no había visto antes, su cuerpo entero presa de espasmos que la llevaron a derrumbarse en la cama como ida, aunque aún muy ...