1. Sudar, toser, tirarse pedos y correrse


    Fecha: 03/10/2025, Categorías: Fetichismo Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    Sandra notaba el sudor en todo su cuerpo. El pijama a cuadros arrugado, la ropa interior húmeda y la mesilla llena de “kleenex” usados. Su piel, pálida por naturaleza, estaba algo más blanca. Las mejillas coloradas y la frente caliente.
    
    Tenía calor, sudaba, pero aun así se tapaba con la gruesa colcha de su cama. Todo antes que experimentar esos escalofríos desagradables.
    
    Tenía el estómago algo revuelto con el “frenadol” sabor naranja que había tomado hace una hora. Sabía que las medicinas la sentaban mal, pero la alternativa eran los supositorios y la idea de meterse cosas en el culo no le gustaba.
    
    Sí, por supuesto, había personas a los que les excitaban los supositorios. Sin ir más lejos a su chico, Antonio, cuatro años más joven que ella. El suceso tuvo lugar hace un año, al mes de haber empezado la relación. Aquella tarde se presentó con una bolsa de la farmacia.
    
    “La medicina” dijo entregándosela.
    
    Cuando descubrió lo que había dentro, Sandra se ruborizó. “Pareces una niña, crece e incorpórate al mundo de los adultos cuanto antes” pensó. Acabo ayudándole, aunque el hizo casi todo el trabajo y ella, tras desenvolver el supositorio, se limitó a dárselo y mirar como desaparecía en el peludo ano de su chico. Antonio no se limitó a meterse la medicina y apretar el culo, si no que sacó el pene y, mientras de derretía la medicina en su recto, lo meneó masturbándose.
    
    Después de eso hicieron el amor en posición de misionero. Esa electricidad, ese inolvidable ...
    ... placer recorriendo su cuerpo mientras su semental la montaba y penetraba de forma casi salvaje.
    
    Sí, a algunas personas las ponía meterse cosas por el culo. A ella no, o eso creía, o al menos, una vez que intento probar esa entrada, la sensación de dolor, más que el dolor, miedo, la impidieron seguir.
    
    Sandra se incorporó sentándose, tosió tres veces y estornudó acompañando el sonido del estornudo con el estruendo de un sonoro pedo.
    
    Estaba cansada de ventosear sin control. Menos mal que estaba sola. Tenía fiebre, le dolía la cabeza y la opción de tomar, en unas horas, otro sobre de esos… Intentó respirar pero los mocos secos habían taponado un orificio nasal y cogió el aire por la boca.
    
    Se decidió.
    
    Llamó a Antonio y le encargó una caja de supositorios.
    
    Una hora después…
    
    -Ahora aprieta el culete y aguanta.
    
    Sandra, tumbada boca abajo, obedeció.
    
    Cinco segundos después, su pareja le subió las braguitas y los pantalones y le tapó con la colcha.
    
    La mujer respiró aliviada. Aunque la medicina se estaba derritiendo en su recto, el mantener el esfínter apretado, ayudaba a prevenir la salida accidental de gas. Nunca se había tirado uno en presencia de Antonio.
    
    Al revés si había pasado, aunque claramente había sido culpa de ella. Una mañana, mientras su hombre orinaba de pie. Ella había entrado en el baño sin permiso y él se había tirado un pedo. No habían ni siquiera comentado el suceso, él, porque probablemente se lo tomo de forma natural, ella, porque le daba ...
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