J en su vestido - Relatos Eróticos

J en su vestido

Ese día traía un vestido de flores que le quedaba algo encima de la rodilla. Relucían sus piernas doradas. Entramos a mi habitación y no pude evitar ver sus muslos mientras se acomodaba en mi cama. Quería saber cuánto antes si había seguido mi consejo de colocarse esa tanga blanca que tanto me gustaba. Horas antes habíamos estado charlando acerca de como me gustaría verla. Le dije que ganaría puntos de más si llegaba con su coño como me gustaba. Quise evitar desde un inicio cualquier clase de charla trivial, no podía dejar de pensar en su olor y su cuello que me moría por besarlo. De a poco le levanté el vestido para tocar su culo mientras empezaba a besarla de apoco en sus mejillas y cuello. Déjame ver si me hiciste caso - le dije. Levanté del todo su vestido hasta descubrir su tanga de encaje blanco. Luego separé un poco sus piernas para rozar su coño con mis dedos. Era evidente que J. Había hecho su trabajo, sus jugos traspasaban el panty y parte de la piel de sus muslos brillaba. La verga se me endureció y la boca me hizo agua. En un impulso seco me hice en medio de sus piernas, corrí su tanga y lamí entre gemidos sordos. Sentía que su coño cada vez mojaba más y mi lengua no paraba de saborear, lentamente introduje dos dedos y los moví lentamente, la miré fijamente y se los di a probar. Su lengua tibia saboreó de a poco sus jugos. Halandola de sus piernas la hice acostarse del todo sobre la cama, levanté sus piernas tanto como pude y me quedé degustando la maravillosa ...

... vista. Su vulva cerrada desbordando jugos hacia su ano. Con un par de dedos empecé a masajear su culo mientras dejaba a la vista sus tetas duras. Me bajé el pantalón y lleve su mano a mi verga, sentía sus suspiros mientras me masturbaba suavemente pasando sus dedos por la cabeza de mi miembro. La besaba mientras le daba dedo hasta que entre gemidos me pidió que se la metiera. La cosa no iba a ser así de sencilla para J. Quería sentirla desesperada por sentir mi verga dentro de ella. De a poco fui rozándole mi verga por su coño mojado.

De repente tomó mi verga y la puso justo en la entrada de su coño. Mirándome a los ojos me pidió que se la metiera toda. Su gemido me estremeció cuando la sentí por dentro, de a poco fui llevándola a sentir cada vez más mi verga dura contra su coño , de un momento a otro paraba para que la sintiera tan dentro como era posible, y luego la sacaba toda para restregársela por su coño. En esas J se dio media vuelta, tomó la almohada y la puso de apoyo en sus brazos, y alzando su culo me pidió verga. Su coño se veía delicioso y su ano me pedía saborearlo, mientras me pajeaba pasé mi lengua por su culo y por su coño, se sentía la respiración ahogada de J. El sonido de las nalgas de J al ser azotadas hacía eco con sus gemidos cada vez más intensos, agarrado de su pelo me incliné para susurrarle al oído - cómo me encanta tu culo, eres una delicia. Gemía y apretaba los dientes pidiendo verga cada vez más duro hasta que llevó su mano a la boca para ...