El sexo no entiende de clases sociales - Relatos Eróticos

El sexo no entiende de clases sociales

... minutos empezó la puja. Marta la mujer de mi mejor amigo andaba loca por quedarse con una morenita para su padre. Sus comentarios eran de lo más diverso. Al pujar, iban contando para que las querían. Un matrimonio que tenía dos hijos barones lse quedaron las dos primeras. Aparte de tenerlas para la casa,dormirán con nuestros hijos para que les enseñen a disfrutar del sexo. El cardenal se quedó con la morenita ly así en poco tiempo ,todas las chicas estaban colocadas. Conseguí pujar y quedarme con Katy,lo mío me costó ,pero sabía que valdría la pena. De esa fiesta conseguimos colocar a todas las chicas. Era tal la alegría de los presentes que no pudieron esperar a llegar a su casa ,y llenamos las habitaciones y rincones de la casa en sexo desenfrenado. Lidia y yo ,nos llevamos a Katy a nuestra habitación. Nos desnudamos y nos comimos literalmente a esa preciosidad. Lidia, comeros los coñitos le dije. Me pajeaba lentamente viéndolas,tenía la polla que el capullo me latía de la imagen. Empezaron a chillar de placer,me acerqué y puse mi polla por detrás de Katy. Estaba muy lubricada, e introduje mi polla mientras lidia seguía chupando su sexo. La chica gemía,mis dedos buscaban entrar en su ano. Lidia voy a explotar le dije,empecé a embestirla como un poseso,agarraba sus cachetes con las manos y empuje a un ritmo frenético. Me vengo ahhhhhhhhhhhh me vengo ...

... ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh,Katy gemía como loca y seguro tenía orgasmos por sus convulsiones. Descargue como hacía tiempo no lo hacía,lidia también chillo,llegamos los tres al orgasmo al mismo tiempo. Retire la polla de su pequeño coño y salían restos de leche que lidia lamió con vicio. Katy cambió el coño de lidia por mi polla que aún palpitaba. Seguía erecta por la milagrosa pastilla azul. Ahora le tocaba a mi mujercita pensé. No espere ni un segundo y me lancé a follarla salvajemente. Estábamos tan excitados que bombeaba a un ritmo frenético. Katy nos besaba y juntábamos las bocas. Nuestras lenguas jugaban y después de varios minutos entre jadeos y suspiros volvimos a tener otro orgasmo. Rendidos y desnudos encima de la cama nos quedamos dormidos. Al día siguiente al despertarme ,lidia no estaba,tenía a Katy a mi lado. La contemplaba y no podía dejar de mirar su hermosura. Mi teléfono estaba en silencio,tenía muchos mensajes pero uno en particular me sorprendió. Era un mensaje de voz,de su santidad el cardenal de la diócesis de Buenos Aires agradeciendo la invitación a la fiesta. Así todos, hasta había uno de Claudio contándome lo agradecidos que estaban los padres de las muchachas. Se que os podrá sorprender todo lo que os hemos contado, pero nada más lejos de la realidad ,así fue como empezamos un negocio que se convirtió en común, en mi querido Buenos Aires.