1. La vendedora (1)


    Fecha: 08/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    ... acelerando de a poco mi danza.
    
    Mateo
    
    Al notar que sus movimientos se hacían más rápidos y más amplios y aumentaba también el volumen de sus gemidos entendí que ahora si me permitiría buscar mi explosión de placer y la agarré otra vez de la cola, acercando sus pechos a mi boca, a la que introduje uno por completo.
    
    Valeria
    
    Mateo jadeaba cada vez más fuerte, con mi teta derecha entera dentro de su boca. Yo lo cabalgaba a la mayor velocidad que me era posible, agarrándome fuerte de su cabeza mientras lo apretaba contra mí.
    
    Disminuí un poco mi velocidad cuando empecé a correrme, para disfrutar más las sensaciones que el orgasmo me provocaba y alargar el mismo. Aún así tenía un último truco que haría que mi compañero de trabajo acabara antes de que se agotara mi orgasmo.
    
    Mateo
    
    La contracción de los músculos vaginales de Valeria apretando mi pene mientras se corría hizo que inmediatamente comenzara a llenar con mi esperma el preservativo. Yo aún tenía sus nalgas firmemente atrapadas por mis dedos y su pecho entre mis labios. Esto no fue impedimento para que un grito gutural e interminable saliera desde lo más profundo de mis entrañas.
    
    Mi eyaculación fue la más larga y potente que recuerdo haber tenido. Aún después de los últimos latigazos de mi pene seguía jadeando de placer.
    
    Todavía respiraba con dificultad cuando Valeria se levantó de mi entrepierna y se abrazó sonriente a mí. Sin quitarme los ojos de encima llevó una de sus manos a la dura base de mi ...
    ... miembro y me retiró despacio la protección, generándome un último gemido.
    
    Valeria
    
    Me cuesta encontrar palabras para describir la felicidad y plenitud que sentí en ese momento. No solo era la culminación satisfactoria de un plan que había pensado durante meses sin la certeza de que fuera a tener la chance de llevarlo a cabo. Me había cogido a alguien que siempre me había gustado y calentado (de quién quizás estaba enamorada) y había sido mucho mejor de lo que alguna vez fantaseé, no únicamente por haber acabado dos veces, sino por el placer que sabía que él había sentido.
    
    Me sentía segura, capaz de lograr cualquier cosa que me propusiera. Si había conseguido que una persona ética, que a pesar de todo nunca pensó siquiera en engañar a su pareja se entregara a mí, ¿cómo iba a haber algo que no pudiera hacer?
    
    También me sentía sumamente sexi. La relación que tuve hasta ese día con mi cuerpo cambió en ciento ochenta grados. Empecé a permitirme mostrar mi sensualidad, demostrar deseo y hacerme desear. E iba a hacerlo desde ese mismo momento.
    
    Mateo todavía no recuperaba su ritmo habitual de respiración. La mano que tenía apoyada sobre su pecho subía y bajaba a medida que el aire luchaba por entrar y salir de sus pulmones. Yo ya estaba repuesta, pero no dejaba de sonreír viéndolo a los ojos. Sin quitarle la vista de encima me levanté despacio. Su mirada se desvío hacia mi pecho, que cubrí con la colcha en cuanto terminé de pararme. Me giré lentamente y me dirigí al baño. ...
«12...4567»