-
Te tengo miedo, pero también te tengo ganas
Fecha: 18/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: pinkdemon, Fuente: CuentoRelatos
... chingona Entrar a la fiesta es lo de menos, pues no cave un alfiler en el caserío, todos van disfrazados de lo más sencillo a lo más grotesco, la decoración da miedo de verdad y a eso hay que agregar los altares a la muerte y fetiches de santería por todos lados, en fin, el baile continua hasta altas horas de la noche ya cuando casi todos o están borrachos o dormidos. De repente la alerta sísmica suena, todos empiezan a correr de un lado a otro, yo busco a mi hijo en medio de la gente, el dragón pasa por donde estoy y me da la mano para que lo siga, nos refugiamos en un cuartucho de láminas de cartón, entre risas me dice que es justamente mi hijo quien hizo la broma con su celular y las bocinas, no sé, en lugar de enojarme empiezo a reír, quizá por el alcohol que ingerí o porque simplemente salí de mi monotonía, mi marido me busca, pasa por la ventana del cuartucho y yo jalo al dragón para agacharnos y que no nos vea, estamos riendo juntos. No es la primera vez que tenemos un contacto, la primera vez fue tres días atrás cuando mi marido tuvo un problema con el carro, chocó y como no tenía seguro tuvimos que recurrir al papá del dragón, así que me tuve que subir en su motocicleta, como es la primera vez que me subía a una, me aferré a el de manera instintiva, hasta que casi al llegar a su casa en busca de su papá me di cuenta de que tenía mi cabecita recargada en su ancha espalda, me sentía tranquila sintiendo su respiración, mis manos rodeaban su estómago lleno de ...
... músculos, el separó mis manos con delicadeza, pues hacía unos minutos que ya habíamos llegado, obviamente con mucha pena me bajé de la moto. Y ahora aquí de repente estamos los dos, solos, el con su disfraz de payaso diabólico y su maquillaje todo corrido y yo con mi disfraz desafiante mirándonos a los ojos, sonriendo como un par de chiquillos, bueno el si lo es para mí, con mi respiración aun agitada, soy yo la que acerco mi cara y le ofrezco mis labios, lo beso tiernamente, el manosea mi cuerpo una y otra vez hasta que considera que es suficiente y hace que nos incorporemos, lo demás es historia, volviendo a mi realidad aprieto con mis piernas su cuerpo, lo abrazo, acaricio su espalda, busco su boca y lo beso como hembra hambrienta sedienta de placer. —Dame más, ah, perfórame más duro. —Gimo suplicante pegada a sus labios —¿Le gusta? ¿Le gusta como la monto? Me pregunta mientras se incorpora sobre sus rodillas junta mis piernas y las coloca sobre su hombro derecho las abraza con fuerza mientras de nuevo me embiste brutalmente llegando a lugares donde mi marido ni con todos sus esfuerzos ha podido llegar. —Ah, ay —chillo y grito de tanto placer —Si, si me gusta como me montas, ¡me encanta! De nuevo se coloca entre mis piernas, me penetra ahora con más facilidad, nos movemos rítmicamente, acompañados de un concierto de gemidos y grititos de mi parte, muevo la cabeza para ambos lados, con los ojos semi cerrados, concentrada en el gran gusto que me está dando ...