Cariño de madre - Relatos Eróticos

Cariño de madre

Hola me llamo David, tengo 19 años y mi madre Karla(no diré su nombre real obviamente) que ya cuenta con 38 años, lo sé ella me tuvo a una edad joven y bueno como ya es costumbre nunca conocí a mi papá (y la verdad no importa a estas alturas), mi madre tuvo el apoyo de mi abuela por unos años pero aún así ella logró salir a adelante por su cuenta y bueno todo salió bien, ella siempre fue muy cariñosa conmigo hasta inclusive bromeábamos que yo era su novio obviamente en juego….aunque todo eso comenzó a cambiar ya cuando entre en la secundaria y más por la pubertad.

Ahora les diré cómo es ella, ella tiene un cabello largo lacio, rostro muy fino y bueno un buen par senos, unas caderas endiabladas y ya se podrán imaginar su espectacular trasero, es toda una diosa y por eso siempre tenía problemas con mis compañeros, hasta que un buen amigo que se llamaba Miguel me dijo algo que cambio mi manera de verla.

Miguel : oye David…mira somos amigos y todo esto pero…tu mamá si está buena…no se te para cuando la ves ?

David: hermano enserio….mira..la verdad es que alguna veces la veo y tal pero no me imagino verla de otra forma…

Miguel: hermano enserio…mira desde que te conozco ella es muy cariñosa contigo ni mi madre es así….tal vez le puedes ya sabes.. mandarte pero en buen plan…además ya vamos a acabar la secu tal vez como regalo

Eso lo que me dijo me dejó pensando mucho por varias horas hasta llegar a casa, ya llegando a casa mi madre ya había regresado del trabajo, ella ...

... trabaja en una oficina como en recursos humanos, así que con algo de temor decidí hacer algunos movimientos aprovechando la confianza que ella me brindaba.

Así que decidí acercarme atrás de ella y decidí hacerle unos masajes aprovechando que estaba de espaldas en la sala.

David: Hola mami como te fue hoy? – aprovecha cada segundo en seguir con el masaje-

Karla: Hijito lindo! Bien hoy me fue tranquilo…oye pero esas manos tan rápidas ?, de verdad me encanta amor gracias

En ese momento no sabía que pensar, pero como estaba tan nervioso sentía como poco a poco mi erección se estaba notando así que decidí parar y prepararle un café mientras hablamos del día.

Iba pasando el tiempo y bueno ya se estaba haciendo de noche, el lado positivo que mañana era sábado y ella descansaba los fin de semana, así que mientras cenamos no paraba de mirar su escote que por primera vez si había notado esas grandes joyas que tenía, por momentos pensaba que ella no se daba cuenta ya que estaba en el teléfono pero con miradas rápidas si se había percatado pero no decía nada, ya terminando cada uno se fue a su habitación pero antes como era costumbre para nosotros nos despedimos con un beso en la mejilla, aunque estaba vez era distinto ya que por unos centímetros casi nos dábamos un beso y más que la mirada de mi madre era más de una mujer.

Ya veía que era que tarde como las 2 de la madrugada decidí entrar a su habitación pero sin hacer nada de ruido, ya habiendo la puerta la pude ver, ...