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Entrenamiento con mi gymsister
Fecha: 19/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Isaza Morales, Fuente: CuentoRelatos
Muchos hombres probablemente empaticéis conmigo, y es que siempre que voy al gimnasio encuentro alguna tía que llama mi atención. Algunas solamente las ves un día, porque no suelen ir en tu horario y ese día era una anomalía, o porque no están motivadas suficientemente y lo acaban dejando al poco tiempo. Uno de esos días me fijé en una chica que estaba a lo lejos descansando entre serie y serie. Tenía el pelo castaño y era un poco morena de piel. Lucía un top deportivo gris y unos leggings a juego que remarcaban su figura tonificada por el gimnasio, un espectáculo de tía. Intercambiamos varias miradas a lo largo de la sesión, lo cuál fue la causa de que me atreviera a acercarme a hablar con ella. Resultó ser mucho más maja de lo que esperaba, me dijo que se llamaba Ana, que estudiaba Biología en la universidad y que venía a entrenar sola porque no había logrado que ninguna de sus amigas se animara a ir con ella. Desde aquel día nos hicimos “gymbros” y siempre que coincidíamos en el gimnasio, nos saludábamos y entrenábamos juntos, para con el paso del tiempo, según íbamos cogiendo confianza, quedar directamente para entrenar juntos. Un día, íbamos a hacer unos ejercicios en la esterilla y nos encontramos con que no había sitio en la sala principal donde está la gente, así que nos fuimos a una sala adyacente que está habilitado para estos casos. Esta sala está comunicada del resto del gimnasio solamente por una puerta y no suele haber gente fuera del horario en el ...
... que se imparten clases dirigidas, por lo que fuimos, extendimos nuestras esterillas y nos pusimos a entrenar. Yo empecé haciendo abdominales oblicuos y ella estaba haciendo unos ejercicios de glúteos en la esterilla, y la visión de ella en 4 me estaba poniendo un poco tontorrón. Me di cuenta de que estaba arqueando mucho la espalda y me levanté para corregirla, poniendo mi mano derecha en su abdomen y mi mano izquierda en la parte trasera del muslo muy cerca de su culo. Ella sonrío levemente cuándo la corregí. Un rato después, yo estaba estirando y ella estaba haciendo sentadillas. Estaba moviendo demasiado las rodillas, por lo que me acerqué de nuevo a ayudarla. Primero lo intenté a su lado, pero no lo lograba corregir, por lo que me pegué a su espalda para acompañar su movimiento (tengo la teoría de que esto a lo mejor fue una táctica de ella). Bajamos y subimos unas cuantas veces, con mis manos alrededor de su abdomen y mi entrepierna pegada a su culo. La tensión entre nosotros se estaba disparando, ya que con el roce nos estábamos empezando a excitar los 2 (yo más si cabía), empezando a comernos la boca y dejando de lado el ejercicio. Se volteó quedando los 2 frente a frente. Mi mano derecha, que seguía alrededor de su abdomen, comenzó a bajar en dirección a su culo, pero metiéndose a través de sus leggings. Ella por su parte comenzó a bajar su mano derecha desde mi cuello hasta mi entrepierna pasando por mi torso, para empezar a masajear mi pene por encima del ...