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¿Dominada?
Fecha: 20/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Tristante, Fuente: CuentoRelatos
No dejo de pensar por qué me tienes así. En mi muñeca derecha, tu corbata; en mi muñeca izquierda, mi fular, ambas prendas amarradas a los barrotes de la cama. Han sido muchos días de miradas, de roces, de frases llenas de dobles sentidos e insinuaciones, y también con nuestros más y nuestros menos, con nuestros ánimos y apoyos mutuos y, por supuesto, con nuestras discusiones. Por eso me gustó tanto que me invitaras a tomar una última copa en el restaurante del hotel al que ese sábado te propuse salir a cenar para olvidar nuestras rencillas y desencuentros, antes de volver cada uno a su casa. Caballeroso, me quitaste la chaqueta y pediste que nos sirvieran mi vino blanco favorito y propusiste un brindis: “Por los buenos momentos pasados y por los que vendrán”… Cenamos y charlamos plácida y distendidamente. Con la-segunda botella de vino blanco, las palabras eran más fluidas y, poco a poco, mas pícaras y punzantes. A mitad del postre, me pediste disculparte un minuto; para ir al baño, supuse…; pero al momento regresaste con la tarjeta de una habitación del hotel. Solo me dijiste: sube…, yo voy enseguida. Subí por el ascensor y recorrí el pasillo hasta llegar a la habitación, notando como el corazón me latía acelerada e intensamente. Apenas entré, sin llegar a cerrar la puerta, te encontré justo detrás, apoyado en la puerta con la botella y dos copas en tus manos. Dio tiempo a un sólo sorbo de la copa, el siguiente ya lo degusté en tus labios. Te quitaste ...
... tu corbata azul cobalto y aflojaste mi pañuelo de rayas, quitándolo por encima de mi cabeza y deslizándolo por mi cabello. Me llevaste de la mano a la cama, me puse cómoda y vi cómo te quitabas tu ropa para mí. Lo confieso, hacía mucho tiempo que deseaba verte así. Te subiste a la cama, me bajaste la cremallera de los botines y me los quitaste, y te tumbaste a mi lado. Tu dedo índice rozó mi frente, mi nariz, mis labios y siguió bajando por mi cuello en una caricia suave…; cerré los ojos y noté como el tacto de tu mano cambiaba. No sé en qué momento cogiste la corbata y el pañuelo pero ahora están en mis muñecas y estoy atada a la cama, y sé que deseas verme dominada. Desabrochas mi camisa blanca y mi sostén con cierre delantero, dejando mis senos expuestos. Juegas con ellos, pellizcando mis pezones, dejándolos sensibles, en ese punto intermedio entre el dolor y el placer. Tus labios siguen bajando por mi vientre, llegas al pantalón, lo bajas con rudeza junto a mi ropa interior. Tus manos siguen bajando, me quitas las medias. De hecho, lo que realmente te gustaría es tenerme completamente desnuda y expuesta, pero no pensaste que, al atarme primero, luego no podrías quitarme la camisa y el sujetador. Y tus labios vuelven donde lo habían dejado. Continúas bajando, con tu lengua que recorre todos mis rincones, por momentos suave, por momentos fuerte, hasta dar con el punto justo en que se acelera mi pulso y mi respiración, sigues cada vez más rápido y estoy a punto de ...