1. Todo puede ocurrir si bajas las escaleras sin bragas


    Fecha: 20/10/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... Madrid en una noche de principios de verano.
    
    Sus manos se habían apoderado de mi cuerpo, bajando desde mis pechos hasta mi tripa y metiéndose por debajo del escote de mi vestido para subir una vez más por mi piel hasta mis pechos desnudos sin un sujetador que los cubra, los acariciaba con suavidad y metía mis pezones sorprendentemente sensibles y tremendamente duros y puntiagudos entre sus dedos, Ángel no paraba de besar mi cuello, de meterse los lóbulos de mis orejas en su boca a pesar de los aros grandes que llevaba como pendientes, estaba disfrutando de cada caricia que involuntariamente mi brazo derecho lo había elevado por encima de mi cabeza acariciando su pelo y su nuca, mientras que la mano izquierda voluntariamente acariciaba su pierna por encima del pantalón, yendo poco a poco cada vez más al centro del mismo hasta contactar con su pene en erección.
    
    Bajaba sus manos que recorrían mi tripa y un poco más abajo subían mi vestido hasta la cintura, en la frontera de mi piel con las bragas sus dedos empezaban a meterse sigilosamente por debajo de ellas, acariciaban mi bello, alcanzaban mi clítoris y se metían furtivamente en mi vagina, estaba muy húmeda, pero termine tras unos pocos minutos de meterme sus dedos en estar tremendamente mojada en mi interior, nuestros labios se habían buscado y se habían unido en un baile delicioso donde nuestras lenguas tuvieron más protagonismo, mis gemidos habían aparecido de repente y Ángel me hacía estremecer cada vez más cuando ...
    ... con unos dedos me penetraba y con otros acariciaba y redondeaba mi clítoris, miraba por la pared acristalada la ciudad en sombras con un baile de luces y yo me veía reflejada en ella jadeando con la boca abierta, con la boca desencajada de placer, con mi cuerpo culebreando y mi cintura moliéndose de un lado a otro apretándose contra él y sintiendo su pene erecto contra mí.
    
    Ángel se apartó de mi culpándose los dedos mojados con mi flujo y bajando de un salto se fue a su mesa, allí puso algo de música, apago las luces y encendió otras más suaves quedándonos casi en penumbra, poco a poco, despacio se acercaba a mi mirándome fijamente a la vez que dejaba caer parte de su ropa al suelo, yo le esperaba subida en aquella repisa, mirándole de frente y mordiéndome los labios me fui quitando el vestido, primero la cinta de un lado, luego la del otro y con un pequeño juego de mi cintura de lado a lado lo dejaba caer al suelo antes de que él llegara hasta mí, los dos nos mirábamos con pasión, la música suave empapaba el despacho y nos envolvía de romanticismo, baladas de amor, voces suaves sobre un fondo de violines y saxofones, Ángel desde abajo me cogió de la cintura y como si fuera una pluma me bajo hasta el suelo rozando nuestros cuerpos desnudos y besándome apasionadamente, empezó a lamer mis pezones por primera vez, los rodeaba con su boca y recorría con la yema de sus dedos prácticamente sin tocarme mi cuerpo desnudo.
    
    El placer invadía mi cuerpo hasta hacerme sentar sobre el ...
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