Las sissies son el futuro 5 - Relatos Eróticos

Las sissies son el futuro 5

Pido disculpas por el desorden del relato anterior. Aún no se porqué sucede eso y me desanimó bastante en continuar escribiendo pero se que hay lectores que les gustó mi historia y bueno aquí está el siguiente capítulo, no se si se desorganizará también. Si alguien sabe porqué sucede agradecería mucho me lo hicieran saber.Capítulo anterior: https://www.todorelatos.com/relato/227983/Habían pasado varios meses desde que me mudé al departamento de Rubén.Meses de rutina continua, también de aprendizaje y cambios, muchos cambios. Las hormonas ya se taban notando más, mi voz había cambiado, empece a verme algo más rellena, mis glúteos y muslos habían crecido por la rutina de ejercicios pero no se veían fuertes sino gruesos, mis pechos aunque sin operar comenzaron a abultarse levemente.Mi cabello tal como quería Rubén lo dejé crecer más de lo que ya tenía, me llegaba apenas hasta la altura de los pómulos y el quería hasta la espalda baja, así que aún quedaba un largo camino. Aprender a cuidarlo fué lo que más tiempo me tomó. Era un proceso pero cada pequeño avance yo lo disfrutaba al máximo.Ya había aceptado lo que era, una marica afeminada que le encantaba obedecer y complacer a los machos que la visitaban. Solían quedar satisfechos y eso me hacía sentir orgullosa.Estaba a gusto con la vida que estaba llevando pero la señora Anabel me dijo que tenía que seguir avanzando. A pesar de lo antes descrito me avergonzaba salir a la calle como nena. Comencé con pequeños pasos por ...

... indicaciones de Anabel; barrer la parte de afuera del apartamento, pocas veces había gente en horas de la mañana ya que era uan urbanización nueva y las pocas veces que había, cuando escuchaba a alguien venir por las escaleras me escondía, ahora lo recuerdo y me río pero no era fácil cumplir con lo que me habían dicho.Luego ya no era solo barrer en la entrada sino llegar hasta el bajante, así llamamos a esa pequeña compuertita donde se echan las bolsas de basura y caen en los container sin necesidad de que cada persona tenga que bajar.Siempre lo hacía con el corazón a mil, toda mi ropa era femenina, muy muy cortita. De los pocos shorts que tenía dos eran hot pants de jeens que solía utilizar para recibir a los amigos de Ruben. Lo demás mini faldas y vestidos cortos. No tenía sentido usar vestidos para tirar la basura, asi que iba en mini falda, blanca o rosa era lo que tenía y unas sandalias de plataforma de corcho con cuña, alguna franelilla rosa, celeste marfil, mantecado, en fin, colores suaves como mi voluntad. Poco a poco me fuí acostumbrando a que me vieran los vecinos. Después, cuando mi miedo fué superado la señora Anablen me contó que ese edificio era privado, el dueño era un miembro de "la organización" como le llaman que no es mas que una secta en toda la extensión de la palabra y que los propietarios solo eran personas que formaban parte de ella de una u otra forma, empleados, asociados etc. Por eso nadie parecía extrañarle nada de lo que se viera en ese edificio.

Había ...