1. Infiel en una entrevista de trabajo


    Fecha: 31/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    Cuanto tenía 6 meses de embarazo, dejé de trabajar. Mi esposo estuvo de acuerdo. Cuando mi hijo cumplió 2 años y ya podíamos dejarlo en la guardería algunas horas y con mi suegra las restantes (felizmente mis suegros viven muy cerca), le dije a mi esposo que deseaba volver a trabajar, estuvo de acuerdo.
    
    Preparé mi cv y empecé a enviarlo. A los dos meses recibí la primera llamada. No pasé de la primera etapa del proceso. El tercer mes tuve dos procesos y en ambos avancé a la segunda etapa. Desde allí tuve varios otros procesos, en un par de ellos llegué hasta la entrevista final, pero el ser casada y madre de un niño tan pequeño era un hándicap terrible.
    
    Andaba muy desmoralizada. Mi esposo me daba mucho ánimo. Realmente no necesitábamos que trabaje. Con lo que él ganaba era más que suficiente para nuestra familia, pero igual tenía ganas de trabajar, tener mi propio dinero y, por sobre todo, mis propios espacios. Sin empleo me sentía como una “sombra” de mi esposo y si bien no era algo terrible o que me perturbara, sabía que trabajando todo estaría mejor.
    
    Como al quinto mes de búsqueda apareció el anuncio del “empleo soñado”. Se lo comenté a mi esposo y me dio toda la buena vibra. Rediseñe mi cv. Me presenté. Me llamaron para la primera prueba, pasé a la segunda. Fui avanzando. Y finalmente, quedé elegida para la entrevista final, con quien sería el jefe de la persona contratada.
    
    Todo el proceso le fui comentando a mi esposo los avances y cuando pasé a la última ...
    ... etapa estuvo tan contento como yo. El día de la entrevista, que era a medio día, se despidió temprano para ir a su trabajo. Mi suegra vino y se llevó al bebe, para darme tiempo a prepararme. Revisé algunos manuales que tenía, relacionados con el puesto. Me bañé, me vestí lo mejor que pude. Con una falda corta que resaltaba mis piernas (que son mi orgullo), la mejor blusa que tenía y partí.
    
    Éramos tres chicas las que habíamos llegado a esa instancia. Me tocaba ser la última en ser entrevistada. Las otras dos chicas eran más jóvenes, más lindas sin dudarlo, pero por lo poco que hablamos, claramente yo tenía más experiencia y conocimientos para el puesto.
    
    Pasó la primera. Estuvo unos 30 minutos dentro. Pasó la segunda, otros tantos. Me tocó a mí. Todo iba bien, hasta que a los 15 minutos el gerente que me entrevistaba me dijo “serías la persona indicada, pero eres casada y tienes un hijo pequeño”.
    
    Le respondí que eso no era problema. Que mi hijo se quedaría en guardería y que tendría el apoyo de mi suegra. Me respondió que eso no sería suficiente.
    
    Nos quedamos unos segundos en silencio y me mandé diciéndole que me ponga a prueba, que podía hacer “cualquier cosa” que sea necesaria.
    
    Me quedó mirando. Sentí que me miraba los senos, las piernas. Me preguntó ¿cualquier cosa? El tono se su voz era ya muy evidente y preciso, resultaba obvio a que se refería. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Me quedé en silencio. Insistió ¿señora, estaría dispuesta a cualquier ...
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