Mi nuevo amo - Relatos Eróticos

Mi nuevo amo

... había dentro, me picó la curiosidad e intenté abrir la mochila, me detuvo con un rotundo NO, wow, esa faceta no se la conocía y me dejó de una pieza, nuevamente me “pidió” ponerme lo que estaba dentro de la bolsa y esta vez me encaminé a buscar la habitación.

al entrar pude constatar que era un pinshi hotel de mala muerte, la alfombra tenía manchas de mugre acumuladas en años de no limpiarlas a fondo y se sentía húmeda, las paredes descarapeladas en algunas esquinas daban muestra de la mala condición en la que estaba el lugar, al entrar al baño para quitarme un poco el sudor del cuerpo olvidé la idea de inmediato y solo me limpié un poco, abrí la mochila con ansiedad, dentro había un body de piel negro, con unas medias caladas de red con ligas al muslo, un antifaz de encaje negro que ocultaría la mitad de mi rostro, por el tipo de oufit que llevaba me había puesto unas botas de tacón alto que llegaban poco arriba de la rodilla apenas hacían juego, al sentir la textura de la prenda contra mi cuerpo mi rajita comenzó a mojarse, comenzaba a entender que tipo de “reunión” era y lo que podría esperar.

Ruben entro a los pocos minutos y se detuvo en la puerta mirándome detenidamente, se acercó a mi rodeándome para verme mejor, un azote en la nalga me hizo brincar a diferencia de otras veces este no había sido con fuerza medida ya que sentí un escozor, me abrazó por la espalda y besó mis hombros diciéndome lo mucho que lo calentaba el verme así, su mano derecha fue a mi ...

... entrepierna solo para constatar la humedad que comenzaba a extenderse, un jadeo salió de mi garganta al notar la fuerte erección que había provocado.

Me empujó sobre la cama dejándome empinada y se detuvo a mirar el jugo que salía de mi rajita, un azote con la palma abierta directa a mi vulva, me hizo gemir y morderme los labios, un lengüetazo para recibir mis fluidos y un nuevo gemido de mi boca, tomó mis manos hasta llevarlas a mi espalda solo para inmovilizarlas con unas muñequeras, el contacto con estas se me hizo tremendamente erótico, la fría piel de las correas sobre mi ya ardiente piel, cada fibra de mi cuerpo se erizó y pedía a gritos que me cogiera ahí mismo, el juego de calentarme siguió con cada roce solo para dejarme mas mojada e implorante.

Me colocó un chocker de piel con una cadena cual perra en celo y me condujo al salón en donde comenzaban a juntarse ya algunos invitados, en la pequeña salita estaban distribuidas algunas mesitas con sus respectivas sillas, al centro una pequeña pista de baile y en donde mas tarde se presentaría el espectáculo principal, al fondo una barra , todo muy simple nada fuera de lo común, me llamó la atención una sala contigua estaba oscura y tuve curiosidad de verla pero Rubén jaló de mi correa llevándome a una mesa, pidió una bebida (para el) yo no podría beberla al tener mis manos atadas a mi espalda.

Dio un largo trago a su bebida y se puso nuevamente de pie, me llevó por la sala jalándome de la correa viendo a las personas que ...