-
Me excité en la bicicleta… y me toqué como la puta
Fecha: 11/11/2025, Categorías: Masturbación Autor: sayuri, Fuente: TodoRelatos
Me llamo Paulina para los que no me conozcan me presento . Tengo 30 años, soy güera, piel blanca, pechos pequeños y sensibles, trasero firme que rebota cuando camino sin ropa interior. Mi cara es de niña buena, pero si supieras los secretos que cargo… te mojarías solo de imaginarme. Ese día solo salí a rodar en bicicleta. Nada especial. Vestido corto, sin calzón, solo por placer. Me gusta sentir el aire allá abajo. Me hace sentir viva. Me hace sentir puta. Pedaleaba despacio por un camino de terracería, lejos del pueblo. El sol estaba bajando, el viento me rozaba las piernas… y de pronto, lo sentí. El roce del asiento, el movimiento constante, mi clítoris reaccionando. Me mojé sin aviso. Como si mi cuerpo tuviera memoria. Como si supiera que soy una puta y que me excito con cualquier cosa. Y sí… lo soy. Una puta. Pero mía. De mis ganas. De mis fantasías. De mis dedos. Cada pedaleo era una caricia involuntaria. Sentía cómo la humedad se acumulaba entre mis labios. Me apreté las piernas, me mordí el labio. Empecé a moverme más fuerte. A buscar el roce con intención. A provocarme. Estaba tan caliente… tan fuera de control. Me bajé de la bici, temblando. Busqué un rincón entre la maleza, detrás de unos arbustos, me arrodillé con las piernas abiertas… y me toqué. Como una desesperada. Como una perra en celo. No me importó si alguien me oía, si algún ranchero pasaba cerca. Quería venirme. Quería correrme fuerte, sin pensar en nada más. Metí dos dedos, me froté el clítoris con rabia. Gemía. Me decía en voz baja: “Eres una puta, Paulina… tócate como la puta que eres…” Y eso me hacía mojarme más. Me vine con tanta fuerza que sentí que se me fue el alma por la boca. Me quedé ahí, en el pasto, respirando agitada, con la mano mojada, con el corazón latiendo como loco. Y lo peor —o lo mejor— es que no me arrepentí. Me encantó. Y sé que lo voy a volver a hacer.
«1»