1. El taxista y la fiesta


    Fecha: 10/02/2019, Categorías: Incesto Autor: cata30, Fuente: CuentoRelatos

    Viernes por la noche, salí tarde del trabajo lo que me dio poco tiempo para arreglarme. Llegué al departamento, me di una ducha caliente mientras pensaba en la gran noche que se acercaba, era el cumpleaños de mi mejor amiga, iríamos a su departamento en donde pasaríamos la noche bailando y bebiendo junto a algunos amigos en común.
    
    La verdad es que en mi relación sexualmente no me siento satisfecha, hay veces que pienso en que tengo una adicción a ser tocada, besada y penetrada.
    
    En la ducha recorriendo mi cuerpo, mientras me enjabonaba pensaba en ese deseo de ser deseada y tocada, por lo que comencé a pasar mis manos por mi entre piernas sintiendo como mi clítoris comenzaba a palpitar por la estimulación que provocaba el roce de mis dedos sobre él, imaginaba una lengua que pasaba por él, humedeciendo todo a su paso, haciendo que mi respiración se comenzara a entre cortar debido al placer… sentía que iba a estallar cuando suena el celular, era mi amiga quien me apresuraba para comenzar la noche. Debido al atraso, tuve que dejar mi estimulación a medias tomar todo y ponerlo en un bolso mientras rápidamente bajaba las escaleras del edificio.
    
    Salí y tome un taxi, le dije la dirección y comencé a arreglarme en el camino, mi pelo estilando provocaba que la blusa que usaba se trasluciera y mis pezones se endurecieran marcándose notoriamente sobre la ropa, el escote resaltaba con la humedad del cabello lo que hacía que el taxista un hombre mayor de unos 50 años, (bien ...
    ... parecido para su edad, de pelo canoso, ojos oscuros y una sonrisa algo coqueta), dirigiera su mirada por el espejo retrovisor con atención.
    
    Siempre me sedujo la idea de tener relaciones con un desconocido pero nunca había tomado la iniciativa hasta ese día. El ver las miradas del hombre, sus ojos deseosos sobre mis pechos provocó que mi cuerpo comenzara a sentir esa excitación previa a ser tocado.
    
    Cuando volvió a mirar por el espejo le dije, ¿le gusta lo que ve?, el hombre tímidamente me mira y asienta con la cabeza, en el siguiente semáforo en rojo bajando el escote con una mano y con la otra rozando mi pecho le pregunto: ¿y ahora?, ¿te gusta?... el hombre aún más nervioso, se quedó hipnotizado mirando y me dice que se ven apetitosos… sonriendo le pregunto si desea tocarlos, no alcancé a terminar la oración cuando ya tenía sus grandes manos sobre ellos, el sentir que me tocaba otro hombre provoco que me humedeciera y mi cuerpo pidiera más… en eso cambia el color y debe dar nuevamente marcha al coche. Durante el trayecto el hombre seguía mirando casi sin mirar el camino, tan excitante fue que decidí provocarlo aún más, me comencé a tocar los pechos apretando los pezones con fuerza lo que me provocaba pequeños gemidos, el hombre se estacionó en una calle sin tránsito y casi sin iluminación, se da vuelta y me dice: Ahora vas a ver cuánto me gustaba lo que veía … entonces me acerco a él y veo su abultado pantalón, me toma la cara y me besa mordiendo los labios con pasión, ...
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