1. Mi abuelito.


    Fecha: 13/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Incesto Autor: CesarEmperador, Fuente: SexoSinTabues30

    Todos los hombres sufren de crisis a determinada edad. Mi abuelo tuvo su crisis a los 60 años. Cuando yo aún era un crío en casa, mi madre me crío sola algunos años los cuales vivimos en casa de su padre, mi abuelo.
    
    Cuando yo tenía cinco años, acudía al preescolar que estaba muy cerca de la casa de mi abuelito, se suponía que él iba a ir por mi a la salida pero no llego. Confiado me fui caminando hasta la casa. Al llegar, la puesta principal estaba cerrada. Así que di la vuelta y entré por un hueco de la cerca por dónde solo yo cabía. Entre por la puerta de servicio de atrás de la casa de mi abuelo. Un largo corredor divide la casa. Al pasar por el baño de la casa, me percate que la puerta estaba parcialmente abierta y dentro el chorro de agua se escuchaba. Me asome metiendo mi cabeza y lo que me encuentro me dejó impresionado.
    
    Debajo de la regadera el agua escurre por el cuerpo fibrado de mi abuelo. Su crisis se manifestó llendo al gimnacio por las mañanas y por las tardes acompañaba a los jóvenes del parque en las barras. Con lo cual adquirió un cuerpo musculoso, sus canas le daban un aire muy señorial y las mujeres por la calle se le quedaban mirando.
    
    Mis ojos se abrieron como platos. Mi abuelo acariciaba todo su pecho mojado mientras su otra mano masajea su hinchadizima hombría, llena de pelos negros. Estaba tan absorto en su faena que nunca se dió cuenta de mi presencia… O si!?.
    
    Su mano llena de jabón masajea con placer su pene grusesisismo. Una cabeza aún ...
    ... mas gorda corona ese pene que alrededor de el unas gruesas venas la rodeaban. Debajo de todo eso un par de bolas casi ocultas dentro de su cuerpo.
    
    Mi cuerpo se volvió muy pesado tanto que ya no pude moverme de ahí y mis ojos no se apartaron y continúe viendo el cuerpo desnudo de mi abuelito. El agua corría por toda su piel quemada. Sus piernas gruesas sostenían su cuerpo y se flexionan al compás de su masaje. Con una mirada atenta veo como un pequeño hoyuelo me ve, vacio. No me muevo y trato de respirar muy muy lento pues si lo hacía profundo mi abuelo me descubriría ahí y tal vez todo se acabaría.
    
    La respiración de mi abuelo se volvió rápida y unos sonidos provenientes de su garganta. Anunciaban algo que hasta hoy me ha impresionado. En unos segundos que para mí fue una eternidad gruesos chorros blancos brotaron de aquel pequeño hoyuelo. Mi abuelo empuja su cadera hacia adelante mientras sus pies se levantan del suelo hasta quedar casi de puntas. Fueron chorros intermitentes, aquello no parecía tener fin.
    
    Varios de esos chorros blancos cayeron fuera del baño a centímetros de mí. Al ver todo eso, mi cuerpo se estremeció y una energía recorrió todo mi cuerpo desde mis pies hasta mi cabeza y por fin pude moverme. Rápidamente salí de aquel cuartito.
    
    Al llegar al cuarto donde dormía con mi mamá una gruesa voz me llamo por mi nombre — Agustín. Eres tú???– me quedé en silencio y gire mi cuerpo en dirección a la puerta del cuarto. — Agustín…– volvió a gritar mi abuelo. — ...
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