Ayudando a Mamá (05).
Fecha: 14/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... fuera, era increíble la cantidad de jugo viscoso que la cubría – mirá como estás de mojada putita, te lo estás pasando de maravilla – seguía peteando como una profesional – busqué el agujerito de su culo a tientas y le inserté un par de dedos muy bien lubricados. Su dilatación anal era considerable – este culito pide verga – devoró mis huevos con entusiasmo, vi como un chorrito salía despedido de su vagina - ¡Upa! Te está gustando putita.
Aceleró aún más el ritmo de su mamada cuando yo moví rápidamente los dedos en su ano, luego regresé a su conchita, me encantaba verla así de mojada y abierta. Metí directamente los cinco dedos y forcé la entrada sólo un poco, ella gemía sin dejar de comer verga. Hasta que pasó algo asombroso.
Lo cierto es que yo quería que pasara pero no creí que fuera posible, a pesar de haber leído sobre el tema o haber visto videos en internet. Mi mano se introdujo completa en su concha y ella no tuvo más remedio que sacarse la verga de la boca, echar la cabeza para atrás y gritar.
- ¡Oooooohhhhhhhhhhhh! – fue un sonido hermoso, como si hubiera rebasado el límite de su excitación.
Fue una suerte que soltara mi miembro, ya que si hubiera seguido chupando un segundo más, hubiera acabado. Esto me brindaba un leve respiro. Como no gritó nuestra palabra clave en ningún momento, moví los dedos dentro de esa cueva gelatinosa, ese cosquilleo interno la volvió loca, comenzó a jadear con fuerza. Con cortos movimientos del brazo fui bombeándola. ...
... Sus elásticos labios vaginales parecían estar envolviendo mi mano como un guante. Tuve que sujetar a mi madre por el cabello para que no cayera al suelo ya que estaba arqueada hacia atrás con medio cuerpo fuera del sofá. De pronto se lanzó de boca contra mi recta y dura lanza. Se la tragó completa hasta que mi vello púbico le tocó los labios. Esta vez sí que mamaba con verdadero entusiasmo, mirándome a los ojos de forma intermitente. Era una escena verdaderamente pornográfica.
- ¡Pero que puta que sos, cómo te gusta comer pijas! – mi respiración se estaba volviendo entrecortada. Su lengua estaba realizando un trabajo impecable – vos querés que te la metan – me sorprendió verla asentir, aunque tuviera medio pene en la boca – Uhh, que puta, yo sabía que ibas a terminar rogando porque te la metan, ¿por dónde la querés?
- Por el culo – dijo haciendo saltar saliva de su boca, luego volvió a chupar.
Saqué la mano de su vagina, el agujero le quedó bien abierto, pero de a poco se fue cerrando mientras dejaba salir grandes cantidades de flujo. Clavé dos dedos en su cola y los moví enérgicamente.
- Te vas a tener que quedar con las ganas putita, seguí chupando.
- No, metemela, por favor – a pesar de su negativa continuó dándole buenas lamidas al palo – quiero verga.
No sabría cómo explicar la calentura que me provocaba verla así, primero luchando ferozmente, luego resignada y sumisa y ahora rogando porque la cogieran.
- Te la voy a dar entonces, ponete en cuatro ...