-
Soy adicta al porno
Fecha: 20/11/2025, Categorías: Confesiones Autor: mariac, Fuente: RelatosEróticos
Ay, Dios mío, niños! ¿Saben qué? Es que solo de pensar en esto se me calienta todo el cuerpo, ¡qué vaina! Es que tengo que contarles, porque siempre he sido bien cachonda, desde chiquita, ¡pero en serio! Yo creo que fue como a los 13 años, sí, porque mi hermano mayor escondía unos VHS ahí en el closet, atrás de unos libros viejos, y una vez que estaba aburrida me puse a husmear y ¡pum! Ahí estaban, unas cintas con portadas de mujeres con unas tetas enormes y hombres con… bueno, ustedes ya saben, ¡con unas cosas que no parecían de este mundo! La primera vez que vi una, me quedé tiesa. No entendía mucho, pero ver a esa mujer gemir y que el hombre le hiciera… ¡ay, no! Es que me daba vergüenza pero no podía dejar de ver. Y luego ella se tocaba, sí, se metía la mano entre las piernas y se movía así, como retorciéndose. Yo en mi cuarto, a escondidas, me quedé mirándome las manos y dije: “¿Y si lo intento?”. ¡Y lo hice! Me metí la mano en la panty, estaba un poquito mojadita de la emoción, y empecé a frotarme suavecito, imitando lo que veía… ¡y de repente sentí un cosquilleo que me subió por todo el cuerpo! ¡Fue loquísimo! No sabía qué era, pero quería más, ¡mucho más! Desde ahí, no pude parar. Era como mi pequeño secreto. En las noches, cuando todos dormían, yo me encerraba en el baño con una revista que mi papá escondía o luego, cuando llegó internet, ¡ufff! Ahí sí se me abrió el mundo. Empecé a buscar de todo, me volví una experta navegando en modo incógnito, jajaja. Veía ...
... de todo, niños, de todooo. Me encantaban las escenas donde las mujeres gozaban mucho, donde se les veía la cara de placer, eso a mí me prendía demasiado. Y yo ahí, con mi laptop en las piernas, con una mano en el mouse y la otra… bueno, ya se imaginan, ¡viajando! A veces me ponía a explorar cosas nuevas, ¿saben? Tipo, una vez descubrí los videos amateur, ¡qué riquísimo! Ver a gente normal, como uno, grabándose en su casa, eso me excitaba mucho más que las producciones profesionales. Parecía real, ¿no? Como si uno estuviera ahí espiando. ¡Ay, y los sonidos! Subía el volumen solo un poquito para escuchar los gemidos, los jadeos… ¡uuuuy, delicioso! Ahora ya grande, con mis 37 años, les confieso que lo sigo haciendo casi todos los días. Mi novio, que es más joven, a veces no me da abasto, ¡qué va! Él cree que es por él que estoy siempre tan activa, y sí, él me prende mucho, ¡fíjense que es un toro! Pero es que mi vena de porno-adicta nunca se ha ido. Hay días en la tienda, que está un poco tranquilo, y me meto al baño de empleadas un ratito, me subo la falda, me bajo las medias y me doy una venida rápida viendo un videito en el celular. ¡Es que no me aguanto! La necesidad me come, me arde ahí abajo y tengo que tocarme aunque sea cinco minutos. Tengo mis páginas favoritas, claro, y mis categorías. Últimamente me gusta mucho ver tríos, ¡pero de dos mujeres y un hombre! Ver cómo le hacen a una entre dos… ¡qué calentura! O esas escenas donde la mujer es sumisa y el hombre la ...