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Noche en el calabozo
Fecha: 22/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos
... duchas. –No entiendo, porque nos han tenido tanto tiempo retenidas. –dijo Laura, mientras le decían que fuesen a las duchas de detención. –¿A dónde vamos? –preguntó Begoña. –No lo sé. –dijo Susana. –Han dicho que vamos a las duchas con Marta. –dijo Laura. –¿Dónde está Clara y Marta? –preguntó Susana. –Ni idea. –respondió Begoña. –Irán, soltándolas según les hacen las preguntas en el interrogatorio. –respondió Laura. Sandra junto con Isabel iban llevando a Marta y a sus compañeras a las duchas de los detenidos. –¡Ve desnudándote y deja todas tus cosas ahí en la bolsa! –dijo Sandra. –¿Puedo ducharme con ellas puestas? –preguntó Marta. –Es que me siento como si estuviese desnuda sin ellas. –dijo Marta. –Ve quitándotelas y entra en la ducha, que hueles mal, a orina, a fluidos vaginales y a semen. –dijo Sandra. –¡Menuda peste has dejado la celda! –dijo Beatriz. –No puedo quitarme nada, no tengo la llave, pero mi amiga Clara, la tiene. –dijo Marta. –Ve a buscar la llave Isabel. –ordenó Sandra. –Si, señora. –respondió Isabel, pues ella era la novata y Sandra era su instructora. Isabel, salió de la habitación de las duchas para los detenidos para ir a la sala donde estaba Clara, pero ya estaba fuera, porque había dicho que necesitaba ir al aseo, por lo que, Isabel la acompañó en busca de la llave. –Me a que me dé la llave de las pulseras, el collar, el brazalete y las anillas que lleva Marta. –dijo Isabel. –¡Ah…! ¿Y eso por ...
... qué motivo? –preguntó Clara, mirándola. –Parece que huele muy mal, es decir, a orina, semen y a fluidos vaginales, y ha dejado una peste al estar dentro de su celda. –respondió Isabel. –Vale, entiendo. –contestó Clara, entrando en los aseos con Isabel. –Pero, si la quieres, las vas a coger tú misma. –dijo Clara, mirándola a los ojos, mientras Isabel no se esperaba esa respuesta, quedándose sorprendida con esa respuesta. –¿Quieres saber dónde está llave? –preguntó Clara. –Sí, ¿Dónde está? –preguntó Isabel. Clara, dio un paso con el zapato derecho, mostrando una cadenita en el tobillo derecho con una llave pequeñita. –¡Cógela con los dientes, Isabel! –ordenó Clara, mirando la entrepierna viendo que tenía una mancha en el pantalón. Isabel, no sabía lo que responder o lo que decir, pero miró a sus pies, observando la cadenita en su tubillo derecho. Clara, llevaba unos zapatos de tacón alto descubiertos, viéndoseles las uñas de sus pies pintadas de color rojo. –Ahora, no hay nadie en el pasillo, por lo que, date prisa. –dijo Clara, viendo su reacción. –Además, veo que tienes mojadas tus bragas, por lo que, te has excitado muchísimo y te has puesto cachonda perdida a mi costa y a la de mi esclava. –dijo Clara. Isabel, sabía que estaba excitada y cachonda, y no sabiendo porque, se puso de rodillas y se acercó para coger con la boca. Pero, Clara retiró su zapato, viendo la cara de excitación y se sorpresa de Isabel. –Primero, haz lo mismo que viste a ...