Los hijos de mami (5): Mujer de honor (parte 1) - Relatos Eróticos

Los hijos de mami (5): Mujer de honor (parte 1)

... hizo que Ale se acostara boca arriba, se colocó encima de él, e introdujo la verga de este dentro del coño mientras que, al mismo tiempo, Daniel le metía la suya por el culo a su madre.

“¡que arrepentida estoy de no haber tenido otro hijo!” pensó Susan, mientras los dos jóvenes le hacían la doble penetración tan fuerte como podían “¡si lo hubiera hecho, ahora podría hacer esto todos los días!”

Durante varios minutos, los jóvenes penetraron al unísono a la milf rubia, la cual disfrutaba y temblaba al recibir la verga de ambos varones, y solo se detenía cada tanto para intercambiar de agujero. Finalmente, y tras mucho sexo duro y encarnizado, los tres tuvieron un orgasmo al unísono, y los jóvenes terminaron rellenaron los dos orificios de Susan con abundante esperma. Tras la intensa sesión sexual, Ale quedo un poco agitado, mientras que Daniel quedo completamente agotado.

“¡cómo se nota que tu madre te tiene muy bien criado! Tienes un rendimiento sexual increíble” dice Susan “¡ojalá mi Daniel ...

... pudiera llevarme el ritmo tan bien como tú!”

“bueno… eso es porque mi madre me ha estado cogiendo sin descanso durante los últimos años, mientras que usted empezó a tener relaciones incestuosas con Daniel hace poco más de un mes”

“¡tienes toda la razón, no había pensado en eso! Creo que será mejor que, durante las noches, me los coja a todos”

“¡pero dijiste que, durante las noches, tendrías sexo solo con Ale y con Valen!” exclamo Daniel, preocupado “¡no me molesta quedarme atrás, esto no es una competencia!”

“¡si lo es! Dayana y yo no solo tenemos una buena amistad, sino también una gran rivalidad, y no puedo permitir que mi hijo se quede atrás de los suyos” dice Susan, mientras mete la cabeza de su hijo entre sus tetas “así que, si creíste que ibas a dormir plácidamente esta noche, pues olvídalo ¡mi culo aún tiene mucho amor para darte!”

“¡oh, mierda!” exclamo Daniel, con frustración y con excitación

“¡creo que la cague al hablar!” pensó Ale, mientras Daniel lo miraba con fastidio.