1. El peaje


    Fecha: 29/11/2025, Categorías: MicroRelatos, Autor: Lena Hache, Fuente: TodoRelatos

    Diana era la mandamás de las malotas. Controlaba el instituto, o al menos a las alumnas, en la sombra. Los chicos eran otra historia, pero ninguna de las chicas se atrevía a ir contra ella.
    
    Me la encontré en el baño. Estábamos las dos solas y enseguida bajé la mirada, rezando para que me ignorara. Cuando iba a entrar a uno de los váteres ella me chistó. No quise, pero la miré instintivamente.
    
    - ¡Hey, chica! Si quieres usar el baño tienes que pagar peaje. - Me dijo.
    
    Me acerqué a ella y sin confrontarla directamente, pero sí desafiándola y acariciando su cintura, le pregunté:
    
    - ¿Y qué peaje es ese?
    
    - Ya sabes. - Me dijo apuntando a su coño con sus ojos.
    
    - Bueno... ¿Y yo qué recibo a cambio? - Dije mientras me arrodillaba para dejar claro que iba a entrar en su juego, pero no me iba a dejar humillar.
    
    - Si lo haces bien hablamos.
    
    Yo le bajé los pantalones y ella se bajó las bragas. Su coño estaba depiladito y mojado. Su fama de puta hacía que me diese asco y morbo a partes iguales imaginando la de pollas que debían haber pasado por ahí. Saqué la lengua y me acerqué a ella lentamente. Ella hizo, de un caderazo, que su coño y mi lengua entraran en contacto. Sus fluidos me resultaban refrescantes y me volví loca. Mi lengua recorría su entrepierna. Metía la puntita en su vagina y la sacaba un par de veces, lamía suavemente su clítoris y besaba la parte interna de sus muslos.
    
    - Los dedos... Méteme los dedos. - Me pidió entre jadeos.
    
    Yo se los metí de golpe. Me asusté porque le salió un poco de sangre. Se lo comenté y ella le quitó importancia. Yo insistí y ella me confesó que era el himen, que era virgen. Se intentó hacer la dura, pero yo noté que se sentía intimidada. Seguí metiéndole los dedos y comiéndole el coño hasta que se corrió. Luego me puse de pie y le dije al oído:
    
    - Ahora eres mía, sólo mía. Mi puta.
    
    Al final se me olvidó ir al baño y me alejé, acojonada, sin saber cómo iba a reaccionar ella.
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