1. La profe odiosa


    Fecha: 10/12/2025, Categorías: MicroRelatos, Autor: Lena Hache, Fuente: TodoRelatos

    Por entretenerme con Paco llegué tarde a la clase de biología. La profe, Marga, no me dejó sentarme en mi pupitre y me hizo salir de clase para reñirme con cierta privacidad. Durante su reprimenda yo le hacía ojitos. Qué antipática era y cómo me ponía. Estaba embarazada y ya se le notaba la barriga. ¡Uf! Era muy sexi. Y las tetas le habían crecido un poco. Me estaba poniendo mala.
    
    Me riñó por no tomarme en serio sus reproches. Yo no podía atender a lo que me decía, su expresión de puta que te arruina la vida me estaba nublando la mente y mojando el coño. Habría podido, pero no quise evitar que mis manos acabasen sobre sus tetas. Ella me dio un manotazo para que las apartara y me volvió a reñir.
    
    - Lo siento, es que estás muy sexi con esas curvas de embarazada. Me vuelves loca. - Le susurré arrimándome a ella y acariciando su torso en dirección a su coño.
    
    - Ahora voy a entrar en el aula. Tú te quedas aquí y cuando termine la clase entras, que tenemos que hablar. - Me dijo en tono serio y con cara de enfado mientras se escapaba de mí.
    
    - Y lo que ...
    ... no es hablar. - Finiquité la conversación y le guiñé un ojo con cara de traviesa.
    
    - ¡¿Perdona?!
    
    - Te voy a volver más loca de lo que tú me vuelves a mí.
    
    Me quedé sonriendo desafiante. Ella, que le gustaba sentir que mandaba, se veía desbordada, sin el control. Entró en clase y echó a todos los compañeros. A mí me hizo entrar. Estaba muy cabreada, y eso me calentaba. No hice caso a lo que me decía. Me arrodillé delante de ella, le remangué el vestido ceñido que llevaba y le comí el coño a través de las bragas. Ella intentó zafarse en un primer momento, pero se rindió enseguida. Corrí sus bragas hacia un lado y mi lengua entró en contacto con sus pelitos recortados. Rebuscando llegué hasta su clítoris y no paré hasta que se revolvió de placer y mi boca se llenó de sus fluidos vaginales.
    
    - ¡Cómeme el coño! - Le exigí.
    
    Se negó y yo no insistí, aunque le dejé claro que nuestra aventura no había terminado, que yo no me iba a rendir hasta haber saboreado cada rincón de aquel cuerpo de embarazada y hasta que ella hubiese recorrido cada parte del mío. 
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