Mi tío y mi primo - Relatos Eróticos

Mi tío y mi primo

... cachondo y presionó mi cabeza firmemente contra su polla. Ahora estaba atascado en mi garganta hasta la empuñadura y me costaba mucho mantener mi reflejo nauseoso bajo control. "Oye, hijo, quiero follarla de nuevo". César sacó su polla de mi vagina chorreante y ahora me senté en la polla de mi tío y lo monté. César se paró al lado de la silla para poder follarme en la boca con su polla.

No tardó mucho y gritó: "Oh, me viene…”.

"Sí, rocíala…", dijo el tío Antonio.

Un momento después noté el espasmo en la polla de César; rápidamente la sacó de mi boca y me echó su crema en la cara. Chorreaba desde mis ojos, bajando por mi nariz hasta mi boca, donde lo chupaba con mi lengua encantada.

"Quiero correrme en tu coño y verlo, Teresa, para eso tienes que sentarte en el sofá". Así que me senté allí y el tío Antonio tiró de mi pelvis hasta el borde, se arrodilló frente a mí y tomó mis piernas abiertas sobre sus hombros. Luego me penetró de nuevo y comenzó a follarme duro pero lentamente. Una y otra vez dejaba que su polla se deslizara, lenta pero firmemente, profundamente en mi gruta. Luego aumentó el ritmo. Me folló duro y mis pechos se movían hacia arriba y hacia abajo. César se había vuelto a poner nervioso al verlo, así que lo agarré sin más preámbulos y lo masturbé. Las violentas embestidas de mi tío pronto me llevaron a un nuevo clímax, que disfruté gimiendo en voz alta. Poco después, Antonio llegó, sacó la polla de mi coño y dejó que su semen corriera hacia mi clítoris. Incluso César volvió a correrse y me inyectó el resto directamente en la boca.