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VUELTA A CASA
Fecha: 29/12/2025, Categorías: Incesto Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos
... que su hijo se había convertido. La ceremonia culminó con una explosión de aplausos y vítores, y las familias se agruparon alrededor de los graduados, inmortalizando el momento en fotografías. Enrique se acercó a un compañero y le pidió que les sacara una foto a él y a su madre. Posaron con orgullo, sosteniendo el diploma con una sonrisa que irradiaba satisfacción. María, mientras apretaba la mano de Enrique, le dijo con voz emocionada: ─ Tu padre estaría orgulloso de ti, cariño. Enrique dirigió una mirada al cielo, reprimiendo una lágrima que amenazaba con escapar, y respondió con convicción: ─ Seguro que lo está. Abrazó a su madre con fuerza, compartiendo un momento de profundo amor y gratitud por todo el apoyo que le había brindado a lo largo de su vida. Después de la ceremonia, madre e hijo se dirigieron a la residencia de estudiantes para recoger el equipaje de Enrique. Mientras él terminaba de guardar algunas cosas en su maleta, María se quedó pensativa. Recordó sus propios años de estudiante y se preguntó qué travesuras habría cometido su hijo en esa habitación, ahora ya era un adulto de 23 años. Una sonrisa picarona se dibujó en su rostro mientras sus pensamientos vagaban por los recuerdos de juventud. Después de cargar todo su equipaje en el coche, se dirigieron al hotel donde pasarían la noche antes de emprender el viaje de regreso a casa al día siguiente. María, mientras conducía, le preguntó a su hijo: ─ ¿Has dejado la ropa lista para ...
... mañana? Aún emocionado por su logro académico, Enrique asintió con una sonrisa: ─ Sí, mamá, todo está listo. Al llegar al hotel, María se dirigió a la recepción y entabló una breve conversación con el recepcionista, quien la miró de manera un tanto extraña, aunque no lograba entender exactamente por qué. Tras la conversación, el recepcionista les entregó las llaves y llamó al botones para que los llevara a su habitación. Cuando llegaron a la habitación, se encontraron con una sorpresa: solo había una cama de matrimonio. María se dirigió al botones y le informó de la equivocación, ya que habían reservado una habitación con dos camas. El botones, apurado, les explicó que era la única habitación disponible, ya que la graduación de las universidades había llenado el hotel por completo. María, visiblemente molesta, expresó su intención de presentar una queja, pero su hijo la detuvo con calma y le dijo: ─ Tranquila, mamá, nos las apañaremos. Nada nos va a fastidiar el día. El botones se disculpó una vez más antes de retirarse, dejándolos a solas en la habitación. Ambos comenzaron a colocar sus pertenencias en el armario, y María, finalmente, se sentó en la cama y empezó a reír. Enrique, intrigado, le preguntó: ─ ¿Qué te hace tanta gracia? María, aun riendo, respondió: ─ Ahora entiendo por qué el recepcionista nos miraba de manera extraña. Debe haber pensado que éramos una pareja. Ambos compartieron una risa cómplice, y Enrique bromeó ─ Imagínate, “la madurita” y “el ...