Día de campo con mi madrastra
Fecha: 14/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Iván, soy piel canela, ojos claros, 22 años, 1,70 de altura, hago ejercicios para mantener un cuerpo atletico, estudiante de economía, la mujer de mi papá su nombre es Amarilis, 38 años, piernas torneadas, nalgas duras y pronunciadas, seños normales 36 b (parados), 1,65 estatura, un estómago plano, y muy hermosa.
Este relato muy real sucedió hace poco meses, comenzando con mi padre que tenía una hacienda en las afueras de la ciudad de Guayaquil, cada fin de semana se trasladaba a ese lugar con la finalidad de pagar los días laborables a los trabajadores que tenía en la hacienda y regresaba los domingos. Mi padre se había comprometido con Amarilis cuando apenas yo tenía 15 años, ya que mi madre se había marchado con otro hombre y se había ido a vivir en otra ciudad lejos de la que vivimos mi padre y yo. Con Amarilis siempre nos llevamos bien desde que mi padre se comprometió con ella, joven y guapa mujer, siempre me apoyó cuando papá se enojaba conmigo cuando no hacía las cosas bien.
Un viernes que mi papá debía ir a verificar sus tierras y ganado que tenía en su hacienda, no podía ir por que tenía que viajar por asuntos de negocios a la capital Quito, ya que en esa ciudad había una convención de ganaderos y tenía que asistir por que se iban a tratar temas concernientes a la ganadería, antes de dirigirse al aeropuesto me pidió de favor que al siguiente día acompañara a Amarilis hasta la hacienda a verificar los trabajos y a ver como se encontraba todo, ...
... como al siguiente día era sábado y no tenía nada que hacer e Guayaquil, le manifesté que no habría ningún problema.
Ya era aproximadamente las 05h00 del día sábado yo me acerqué al dormitorio de mi papá con Amarilis con la finalidad de despertarla para trasladarnos a la hacienda de mi padre, golpee la puerta y me responde la mujer de mi papá ya salgo, esperame que me voy a bañar y a arreglar Iván, en ese momento me hice como que si no había escuchado y procedí a abrir la puerta y pude ver a mi madrastra que se encontraba inclinada dandome la espalda sacandose el short pijama, lo que pude ver me dejó hipnotizado, unas nalgas blancas que estaban acompañadas por un hilo dental negro, mi verga de 16cm normal (no me gusta aparentar lo que no tengo) se empezó a levantar, Amarilis se paró y me dijo que haces ahí, yo le dije te iba a levantar para irnos, ella me dijo yo ya te había dicho que me iba a bañar y a arreglar, le manifesté no te había escuchado, lo que hizo fue decirme que no había problema que me saliera que no tardaba yo le pedí disculpas y me retiré a mi cuarto a hacerme una rica paja en nombre de Amarilis.
Ya habiendo salido de la casa tenía que manejar por espacio de tres horas y medias para llegar a la hacienda de mi papá, en el trayecto entablamos una amena conversación, ya pasando buen rato la conversa le manifesté que era una mujer muy linda y que tenía un cuerpazo, ella me dijo son los ejercicios diarios que me mantienen así, seguimos con nuestro camino, al ...