1. MI ESPOSA LE PROCACTICÓ SEXO ORAL A UN DESCONOCIDO


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... falda era muy corta, si se agachaba un poco se le verían sus redondos cachetes y probablemente su desnuda rajita. Ya en la calle nos fuimos tomados de la mano, estaba algo más fresco, se estaba terminando de oscurecer, por lo que ese sector de restoranes y bares no estaba muy concurrido. Estábamos en la luz roja esperando cruzar, cuando un taxista se detuvo frente a nosotros y se quedó mirando a mi esposa con una cara muy morbosa, luego le tiró un beso muy sonoro y le dijo que estaba muy rica. Yo en ese momento me puse tenso y le grité “sigue trabajando feo culiao”. El tipo me miró y soltó una carcajada para luego decir “¿cuánto te costo la maraca?” y aceleró. Ella me pidió que me calmara y yo quedé emputecido. La miré y le dije, no ves que fue mucho, estás mostrándote toda en la calle. Cruzando la avenida me dijo apretando mi mano que era solo mía. Legamos al sushi bar, yo aún estaba ofuscado, en el lugar no había mucha gente, de hecho casi nadie. Ella quería estar en la terraza con vista a la calle, pero no se lo permití, no quería pasar la misma rabia. Entramos, ella de mala gana accedió y nos sentamos en un rincón alejados de un par de parejas, me volvió a pedir que me calmara, que al fin y al cabo fui yo el que pidió que se vistiera así. Ella tenía razón, pensé que no valía la pena seguir dándole vuelta al percance, era nuestra noche y había que pasarlo bien. El lugar era agradable, no muy iluminado, con mesitas y sillones de cuero de colores negro, blanco y rojo. ...
    ... Atendían garzones jóvenes, a nosotros nos tocó un muchacho moreno de buena apariencia y muy educado. Nos ofreció la carta y nos dio algunas sugerencias. Pedimos un menú para dos, un tequila margarita para ella y una cerveza para mí. Bajé la botella de un par de sorbos, lo que me relajó y me hizo volver a estar caliente, recordé la entrepierna rasurada de mi esposa y que en la posición en que estaba podía verse su calzoncito y tal vez parte de su concha, eso me provocó una poderosa erección. El muchacho cuando trajo los sushi no quitaba la vista de las tetas de mi esposa, nos sonreía pero volvía su vista al escote. Ella lo notó ya que le coqueteó con la mirada, eso me gustó, no era lo mismo que con el taxista, acá nosotros controlábamos la situación. Luego de un tequila margarita más para ella y un ron para mí nuestra calentura era evidente, nos pusimos a besar enroscando nuestras lenguas, mis manos estaban en la cintura de ella pero teniendo contacto con la parte baja de sus tetas. Mi pene estaba que reventaba y sentía que la punta se mojaba con fluido pre seminal. Mi esposa estaba con las dos piernas abajo, por lo que pensé que debía verse su calzoncito y sus labios vaginales. Miré alrededor por si alguien miraba, ahí estaba el garzón mirándonos de reojo, haciendo que limpiaba el mesón del bar. Seguí besándola apasionadamente, pero ahora mi mano estaba descaradamente tocando sus tetas, ella no decía nada, pero su rápida respiración me decía que estaba caliente. Ella me dijo al ...
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