1. Ariel, me cambio la vida 1


    Fecha: 16/08/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Cristóbal, soy administrador de una hacienda agrícola desde unos meses, por lo que debo pasar jornadas extensas en ella, llegue a este cargo a mis 27 años debido a que el administrador renunció por desacuerdos con los dueños, yo era su asistente y enseguida asumí la responsabilidad. Cuando se hacen adecuaciones en la propiedad, se pide a oficina personal para ello, y nos enviaron albañiles por unos días, esta vez llegaron 3 jóvenes que luego supe que eran hermanos, quien hacía de jefe era el mayor de unos 25 años, se llamaban Eduardo, Ariel y Jairo. Enseguida se los instalo en el dormitorio que se tenía para las visitas y se les explicó la obra, la cual iniciaron de inmediato, bueno el tema es que eran chicos muy atractivos, cuerpos definidos por el trabajo duro, labios carnosos y ojos claros, en especial Ariel, El segundo de los hermanos, cuerpo definido como modelo, una gran sonrisa y cara de chico bueno, aclaró que hasta ese entonces no me consideraba gay, admito que alguna vez me desvío la mirada un trabajador, pero nada más. Desde las ventanas de la oficina podía ver a los hermanos trabajar, la obra era cerca, me llamo la atención que no usaban ropa de trabajo como todos sino pantalonetas, medias largas buzos finos, bueno por el clima caluroso del sector los comprendía el no querer usar pantalones y camisas gruesas, en ocasiones lo venía trabajar sin camisa y mojándose a casa rato, sus cuerpos brillaban, resaltando su increíble figura, cualquiera no creería que ...
    ... se dedicaban a tan dura labor. Los días pasaban, normalmente, después de las jornadas de trabajo el personal se reunía a conversar y esperar la merienda, para luego ir a sus dormitorios compartidos. En mi caso yo tengo un privado solo para mí, en vista de mi cargo, donde había traído mis cosas y ubicado en la pequeña sala que tenía, para hacer más placenteras las jornadas de encierro. Un día me solicitaron un informe de avance de la obra, por lo que llame al encargado, vino el mayor de los hermanos, ya para estos éramos amigos, estaban en su segunda semana de trabajo, vino tal cual estaba laborando, con la camisa en la mano, entró a la oficina y no pude dejar de mirar su figura, cuerpo sudado y marcado, aunque no era el que más me encantaba ver, no tenía nada de malo, me dio su informe y todo siguió normal, salvo que aumentaba más mi inquietud hacia ellos, y sobre todo con Ariel. Un día en medio de tanta plática luego de las jornadas de trabajo surgió el tema de los ejercicios y todo aquello para mantener la figura, cabe recalcar que yo tengo buen físico debido a que me gusta caminar y me compre un par de máquinas para pasar el tiempo. Jairo el más joven, desde el inicio fue el más interesado en el tema, porque según comprendí era el más preocupado por su imagen y la verdad para mí no creía que le hiciera falta mejorar algo, me pidió que le dejara usar mis máquinas, a lo cual no tuve reparo y le invité a que vaya a la pequeña sala de mi dormitorio y las use. Mi rutina en las ...
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