Patas arriba (XVII) - Relatos Eróticos

Patas arriba (XVII)

... y que estaría él también. Después me dio mi móvil y me dejó descansar, a fin de cuentas estaba bastante cansado por todo el día, la paliza, pero especialmente los sedantes que me pusieron para suturarme las heridas del pecho, vino la poli, pero no fui de gran ayuda, la verdad no recordaba nada, aunque tomaron fotos de las heridas para compararlas con las firmas criminales registradas, aunque les llamó la atención el número uno: ¿sería su primer ataque? O, ¿sería el primero de esta serie? Un poco complicado descifrarlo sin el culpable enfrente, pero ellos prometieron hacer su mayor esfuerzo, otra cosa es que lo logren, claro.

Justo me llevaron la comida cuando recordé el encargo de Tavo y le escribí el mensaje a Iván, no recibí respuesta alguna hasta media hora después cuando mi médico entró con una de esas sonrisas suyas que son capaces de convencerte que el mundo es bello y cálido, pronto descubrí dos cosas: la respuesta de mi mensaje y el motivo de su sonrisa, junto a él entraba un preocupado Ylian, su rostro blanco y sus hermosos ojos verdes por primera vez expresaban una emoción más allá de una cortés condescendencia, expresaban una genuina preocupación, en el fondo me alegró porque me demostró que él es capaz de sentir y de expresar emociones, cosa que me iluminó el día mucho más que la sonrisa de Tavo al llegar.

Ylian se lanzó sobre mí y lo primero que hizo fue besarme, luego me dijo que habíamos peleado porque él me vio el otro día con una chica en el parking ...

... de la facultad, no pude más que reírme:

- Ylian, mi amor guapo, ¿de veras estás celoso porque me viste darle un beso en la mejilla a mi prima?

- ¿Tu prima? -se veía verdaderamente sorprendido, según parece sólo vio lo que le convenía, mi chico apresurado.

- Efectivamente, se trataba de una de mis primas que vive en Londres, parece que mi tía vino a visitar a mi abuelo y como siempre nos hemos llevado bien, decidió darme la sorpresa en la facultad, te esperamos mucho rato, quería presentártela, pero no apareciste, al final nos fuimos a comer a mi casa y te estuve llamando, pero nunca respondiste, hasta que ayer fui a verte, peleamos y pasó lo que pasó...

- Olvida ya eso, lo importante es que estarás bien, mi amor, cuéntame todo, por favor -me decía entre beso y beso.

Con una petición así, no tuve otra opción, ya verás tú si puedes negarte con esos besos tan dulces que da mi novio, así que le conté todo desde que salí de su casa hasta que él entró a la habitación, cómo me sentía hecho polvo por no tenerle conmigo y cómo mi mundo se llenó de luz y color al verle entrar sin odio en su cara. Hablando de su cara, ahora pude detectar otra emoción en él, lo noté cuando una lágrima cayó en mi rostro, su cara de aparente cortesía es la cara con la que expresa amor, lo que me indica que desde que nos conocimos le he gustado. En fin, esa lágrima me hizo levantar la mirada y besarle de nuevo, sólo que esta vez tomé, además, una de sus manos y entrelacé nuestros dedos, luego ...