1. Patas arriba (XVII)


    Fecha: 04/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... grabé un 1 y abajo hice dos dibujos: el símbolo de la anarquía y un pentagrama invertido, a quien va dirigido el mensaje lo entenderá, los demás, no importan. Evidentemente, quiero que toda esa peña lo recuerde por siempre, así que hice los cortes profundos, pero no demasiado para que no lo maten, si lo mato dejará de sufrir y eso no puede ser.
    
    Cami
    
    Esto sí es extraño, mira que Edu convoque reunión y que sea en su casa, ¿no que no tienen tiempo para él? Seguiré el consejo de mis tíos y de mi papá y seré precavido, pero aún así no logro sacar de mi cabeza que aquí sucede algo fuera de lo normal. La cosa es que como era la primera vez que iríamos a esa casa, decidimos quedar todos primero en el Mercadona de la esquina para llegar juntos, así no nos intimidarían tanto que si llegaba cada quién por su cuenta, en caso de que nos vean mal, claro está. Me llamó la atención que Joel no contestó, supuse que estaría con Ylian y lo dejé ser, me acosté a dormir y mañana ya veremos qué sucede.
    
    Amaneció, fuimos a clases y luego al sitio donde habíamos quedado porque la invitación incluía la comida. Llegamos todos, excepto Joel, de nuevo me resultó inquietante, sobre todo porque cuando Ester preguntó Ylian se limitó a encogerse de hombros e Iván nos hizo mirada de no preguntar a menos que quisiéramos una muerte lenta y dolorosa. Pronto veríamos que esa era la menor de la sorpresa del día, cuando llegamos a la portería y dijimos dónde íbamos el portero no preguntó siquiera ...
    ... nuestros nombres, nos llevó al ascensor, seleccionó el último piso disponible y nos indicó preguntar por doña Teresa, es la madre de Edu y quien nos recibiría.
    
    Hicimos como nos fue indicado y doña Teresa nos recibió muy formalmente, aunque cálida, nos invitó a entrar a su casa y allí nos presentó a su esposo, don Paco, quien lo primero que hizo, una vez que se hubo ajustado las gafas al levantar la mirada, fue sonreír y pedirnos que no le tratásemos de “don” y que le tuteásemos, porque somos los amigos de su hijo, a quien no veía por ningún sitio. Viendo nuestra curiosidad, Teresa nos dio un paseo por la casa y al regresar al comedor nos dijo que Edu no estaba, ni estaría, porque querían hablar con nosotros, esta reunión la convocó ella, él lo sabía, le dijeron que querían conocernos un poco antes de decidir si eliminaban los permisos para nosotros, pero la verdad era otra: querían ponernos sobre aviso respecto de la situación de Edu y si aceptábamos continuar con la amistad, entonces bastaría con dar nuestro nombre al portero y no sería necesario más trámite. Sin embargo, para darnos todos los detalles era necesaria la presencia devarias personas: el abogado de la familia, el médico de cabecera (que no entendí para qué eran necesarios) y el psicólogo de Edu; los hicieron pasar y casi me voy para atrás, los otros chicos también estaban sorprendidos: no eran otros que mi papá Luis y mis tíos Tavo, Javi y, por alguna aún más extraña razón, el tío Anderson también, no entendía una ...
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