Hermanos sin tabú CAPÍTULO 2
Fecha: 16/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
... encantaban el sabor de sus propios jugos. Bueno, también a mí me gustaban los míos, y ni qué decir de mi gemela, acostumbrada a comerle el coño a su novia cada vez que podía. Mamá nos había enseñado a amar a nuestros cuerpos, a gozar de las maravillas biológicas con las que habíamos sido dotados. Nuestros primeros orgasmos fueron todo un descubrimiento para nosotros, y nos volvimos casi adictos a la masturbación, a encontrar situaciones eróticas y a fantasear siempre con nuevas formas de explorar el placer que conllevaba el sexo. Nosotras, desde mamá hasta Estefy, veíamos la penetración de una mujer como un acto sumamente femenino, algo que nos marcaba como mujeres que éramos, pues nuestros coños habían sido diseñados para eso. Para recibir el pene de nuestros hombres, para abrazarlos con ternura, para apretarlos con amor y disfrutar del semen que brotaba de ellos. Y por otro lado, para papá y para Alec, el hecho de introducirse en lo profundo de una mujer simbolizaba virilidad y a la vez, protección. Sabían que habían sido diseñados para eso, para penetrar, perforar y taladrar tanto agujero tuviéramos nosotras y así, unirnos no sólo para disfrutar, sino para dar a luz a la siguiente generación de individuos. Sí. El sexo era importante y un ritual en nuestra familia. Estefy lanzó un gemido cuando pellizqué sus labios y eso llamó la atención de Alec, que se giró de inmediato. Justo en ese instante mi hermanita se corrió. Lo noté por un incremento en la cantidad de sus jugos, ...
... y hasta yo me estremecí de goce. La sábana había quedado con una bonita mancha de humedad. —¿Qué están haciendo? —Ehm… nada. Mi hermano arqueó la ceja. —¿Qué están haciendo? —preguntó otra vez y de un salto se levantó y le quitó la sábana a Estefy —¡Ay, Dios! Nuestra hermana menor quedó desnuda, con las piernas bien abiertas. Alec se rió. Nosotras nos ruborizamos. —Creo que la lesbiana no es sólo Ángela. Me voy un año y ya empiezan a estar entre ustedes. —Es diferente —Estefy se sentó en la orilla de la litera, sus piernitas todavía separadas —. Me está enseñando a masturbarme. —Tú lo que necesitas es otra cosa —Alec bajó la vista hasta el coño de su hermana. Yo le lancé una mirada severa. —Borra esa idea de tu mente, hermano. —No pensaba en nada. —Sí que lo estaba pensando —Estefy, con las piernas separadas y exponiendo su coñito no ayudaba mucho a calmar a Alec —¿quieres probarme? —No, no quiere —me apresuré a tirar de Estefy hacia mí, y antes de que me diera cuenta, las dos ya estábamos forcejando como un par de niñitas en la cama. De alguna manera logré quitarle la blusa, y sus tetas quedaron a merced de cualquiera. Ella carcajeándose empezó a apretarme los pechos y a hacerme cosquillas por debajo de la ropa. Alec también se metió entre nosotras para querer separarnos, y entre todos, sus manos nos tocaban. Todo fue más explícito cuando él se quedó acostado y Estefy se le subió encima. Yo, a un lado, recuperaba la respiración y me acomodaba la tanga que casi se me baja. ...