Sin los novios
Fecha: 08/03/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... confesé – me hacía falta salir en plan desfase sin preocuparme por nada.
Y sin novio.
Eso, sin novio, porque con Ángel hubiera sido impensable – reímos las dos – ¿Te imaginas que nos hubieran visto estos dos en la discoteca?
A Jose le hubiera gustado – contestó Mónica.
¿Lo del moreno también? – pregunté maliciosamente.
¡Qué bueno estaba el jodido! Me ha puesto cachonda.
Y tú a mí y a todo el bar. Ja, ja, ja… - reímos de nuevo.
¿En serio te he puesto? – me preguntó curiosa - Mola, eso es que estas necesitada, ¿no habrás dejado de tomar la pasti? Ja, ja, ja… - reímos a carcajadas.
¡Ssssh! van a creer estas que seguimos con el numerito lésbico – la tapé la boca con mi mano.
¿Y eso te importa? – contestó mientras se ponía seria y me cogía la mano colocándola sobre su pecho izquierdo.
Me subió un calor por todo el cuerpo y me puse muy nerviosa sin saber que hacer. La deje quieta donde ella la había puesto y durante un minuto, que me pareció eterno, permanecimos mirándonos a los ojos. Lentamente comencé un movimiento casi imperceptible sobre el pecho, palpando todo su volumen por encima de la camiseta sin romper el nexo de las miradas. Mónica estiró el brazo derecho y posó su mano sobre mi vientre imitando mis movimientos concéntricos, lentamente el círculo se fue ampliando hasta que introdujo la mano bajo mi camiseta rozando levemente la parte inferior de mis senos. Con mi dedo índice, contorneé la parte superior de los suyos, demorándome en ir más ...
... allá.
Perezosamente cambiamos de posición para acercar nuestros rostros y dejarlos a escasos centímetros, listos para que una de las dos se lanzara a la locura de las bocas. Esta vez fui yo la que di el primer paso, me moría de ganas de saborear sus besos. Nunca había deseado a una mujer, pero en ese momento la ansiaba más que a nada en el mundo, quería experimentar nuevas sensaciones y no me importaban las consecuencias, ya no había marcha atrás. Rozaba mis labios contra los suyos disfrutando de la suavidad del contacto, con la punta de la lengua humedecía a ratos la unión, topándome con la suya que imitaba mi movimiento. El juego entre las dos lenguas se complementaba con los viajes de mi mano, que ya dentro de su camiseta, pasaba de un pecho al otro sopesándolos y recreándose en la duraza de sus pezones los cuales presionaba delicadamente con dos dedos. Mis tetas también eran objeto de atención de sus caricias, se liberó de la molestia de mi camiseta sacándomela por la cabeza y yo aproveche el parón de nuestras bocas para hacer lo mismo con la suya. Acercamos nuestros cuerpos aun más, mientras volvíamos a los besos, para sentir el roce de nuestros pechos desnudos. Sin duda era una sensación nueva e indescriptible que tensaba mi estomago dejándome casi sin respiración, tuve que separar la boca para poder recoger el aire que me faltaba, lo que aprovechó Mónica para lanzarse sobre mis pezones como un niño sobre una piruleta. Los chupaba y aspiraba con ansia y me llevaba a ...