1. El Culo de Doña Felicia


    Fecha: 09/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Anal Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... mi tía fue recuperando el aliento. Yo la deje hacer y solo me limité a preguntar, como si fuera lo más normal del mundo:-¿Estás bien, tía?Un escueto y ronco sí fue su respuesta...La dejé descansar y recuperarse tal y como estaba. Oyendo como disminuían sus jadeos, trasteé un poco por la consulta, me sobé la polla, que empezaba a m*****arme de lo dura que estaba. Cuando vi que la tía estaba más tranquila, le indique que se pusiese boca arriba.Íbamos a por la segunda parte.La tía, con un aspecto plácido después del rotundo orgasmo que acababa de disfrutar se colocó como le indiqué, estirada en la camilla y con los brazos a ambos lados. Sus enormes tetas se desparramaban sobre su torso y su cara, con la boca entreabierta y algo ansiosa, o, al menos, eso me pareció a mí, se mostraba apetecible. De hecho, si no fuese porque todavía quería mantener el paripé, le habría pegado un pollazo en toda la jeta para espabilarla, pero, como suele decirse, cada cosa a su tiempo.A pesar de que ya no parecía asustada, seguía mostrándose algo pudorosa y mantenía los ojos cerrados, quizá para evitar ser cómplice activa del crecimiento de la cornamenta de su amado esposo, que seguía en la habitación contigua haciendo el gilipollas. Bueno, si a ella le hacía feliz hacerse la tonta, a mí me daba igual. Yo a lo mío, con la polla bien dura y a seguir preparando la mercancía.Esta vez le di un completo repaso a su parte delantera, centrándome en las tetazas, que masajee a conciencia. Acaricie sus ...
    ... pezones hasta hacerla gemir involuntariamente un par de veces. Y cuando vi que estaba madura y el coñete empezaba a babear, se lo sobé a fondo con la otra mano, hasta que, tras aumentar el ritmo de sus jadeos, soltó un gritito y se corrió casi en silencio, como la buena zorra reprimida que era.La dejé recuperarse mientras me dirigí al lavabo oliendo el agradable perfume de su chocho. Ahora sólo me quedaba la puntilla final.Tenía la polla como una piedra, así que procedí a hacerme un buen pajote, mientras me olfateaba el olor a coño que destilaban mis dedos. Estaba tan excitado que no debí tardar ni dos minutos en correrme. En el lavabo había dejado un bol con kefir, del que venden en el super, preparado para soltar mí espesa cuajada. Me estrujé bien los cojones hasta dejarlos bien secos y llenando el recipiente con un buen montón de espesos y blancuzcos grumos. Cuando vi que mis huevos estaban vacíos, y tras recuperar el aliento, cogí una cucharilla y revolví bien el recipiente antes de taparlo.Al volver a la consulta encontré a mi tía perfectamente vestida y sentada modosita en la silla. Lucía una sonrisa tímida, y no parecía en absoluto contrariada por el sorprendente tratamiento a la que la había sometido.-¿Qué, tía, te encuentras mejor? –le espeté nada más tomar asiento frente a ella.-Sí, Julián, mucho mejor. Gracias. –habló bajito, tímidamente y con las mejillas todavía enrojecidas. No sé si de vergüenza o de excitación. Yo sonreí y, haciéndome el tonto, le fui indicando las ...
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